El presidente de Repsol, Antoni Brufau, ha defendido que "lo mejor que le puede pasar a este sector (por el petrolero) es que desaparezca la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) y que funcione por las reglas del mercado". Los miembros de esa asociación, ha asegurado ante la junta de accionistas de su compañía, deben dejar de "jugar a poner los precios que más les convienen".

El 2015 fue un año complicado para Repsol, con un fuerte recorte del dividendo y unas pérdidas de 1.200 millones de euros provocadas por las provisiones que tuvo que hacer ante la depreciación de sus activos que provocó la fuerte caída del precio del petróleo y el gas. Brufau ha achacado este abaratamiento en parte a la ralentización de la economía mundial, pero también a la decisión de la OPEP de mantener la producción a pesar de la caída de la demanda para no perder cuota de mercado ante nuevos competidores.

Así, ha destacado que el año pasado hubo un desajuste de casi 2 millones de barriles diarios entre oferta y demanda en contexto de precios muy bajos. Sin embargo, ha asegurado, actualmente "ya se empieza a ver tensión entre la oferta y la demanda, que va a afectar a los precios". Los analistas, ha recordado, preven un precio medio de 42 dólares por barril en el 2016, mientras que las agencias de calificación lo estiman en 36 dólares, si bien ahora rozan ya los 50 dólares, con lo que la previsión del mercado puede ser "moderadamente prudente".

RENTABLE

Brufau, en cualquier caso, ha afirmado que a Repsol le "da igual" que se cumplan las expectativas de precios, pues está trabajando para que la empresa sea rentable y reduzca deuda con un escenario de precios de 50 dólares. "Nuestra compañía, a pesar de los precios y las tensiones de un día y otro, está muy preparada para el futuro. Trabajamos en el mercado libre, no regulado, no tenemos que pedir a nadie subvenciones", ha asegurado antes de mantener que la petrolera "no es una compañía grande, es una gran compañía".

El presidente de la petrolera también ha sostenido que es falso que el coche eléctrico sea "cero emisiones" contaminantes, dado el alto peso del carbón en la generación de electricidad. Además, se ha declarado en contra de las subvenciones a las energías renovables que vayan a "mejorar las cuentas de resultados" de las empresas del sector y solo ha apoyado las que logren "desarrollos industriales".