Premio para el accionista. Repsol se disparó ayer el 6% en bolsa tras anunciar que propondrá en su próxima junta una mejora de la retribución a los propietarios mediante la amortización de un 5% de su capital. Con la cotización del martes, supondrá la recompra de títulos por valor de unos 1.000 millones de euros. La medida incrementa el valor de las acciones, ya que el de la empresa se reparte entre un número menor de títulos, así como el porcentaje del beneficio que corresponde a cada acción.

Su consejero delegado, Josu Jon Imaz, argumentó a los analistas que la iniciativa responde a que el flujo de caja está siendo superior al previsto: el plan estratégico se basaba en un precio del petróleo de 50 dólares por barril y actualmente ronda los 65 dólares. Además, aseguró que si la situación se repite el año que viene volverá a proponer una iniciativa similar para compensar a los accionistas por la pérdida de valor de los títulos entre el 2012 y el 2016.

En paralelo, la compañía lanzó el año pasado un plan de recompra de títulos para evitar que el cobro del dividendo en acciones en lugar de en metálico, opción elegida por el 72% de los propietarios, suponga una dilución del valor de los títulos. Todo ello va a obligar a Repsol a comprar en los próximos 12 a 14 meses, explicó Imaz, en torno al 15% de sus acciones. El ejecutivo aseguró que ello no pondrá en peligro «ni la flexibilidad financiera ni el crecimiento orgánico» (sin compras) del grupo.

Crecimiento orgánico / La petrolera ganó 1.133 millones entre enero y junio, un 26,7% menos que un año atrás. La fuerte caída, con todo, se debe a que en el primer semestre del año pasado obtuvo unas plusvalías de 344 millones de euros por la venta de su 20% de Naturgy, mientras que en los seis primeros meses de este año apenas ha registrado resultados extraordinarios. Sin estos impactos, su beneficio hubiera sido de 1.115 millones, apenas un 1,5% inferior al del mismo periodo del 2018.

El ahorro de costes de los últimos años le han permitido superar un semestre complejo por las caídas de precios y la suspensión de la producción en Libia. El área de exploración y producción aportó 646 millones de euros, el 0,2% menos, mientras que la de comercialización obtuvo 715 millones, un 6,2% menos.