La Reserva Federal de EEUU ha vuelto a bajar los tipos de interés, la segunda vez que sucede desde el final de la crisis financiera de hace una década. La decisión del banco central pretende contrarrestar la incertidumbre creada por la guerra comercial con China, que está contribuyendo decisivamente a la desaceleración generalizada de la economía mundial.

«Es una decisión para que la economía se mantenga fuerte», dijo el presidente de la Fed, Jerome Powell, tras concluir la reunión mensual del organismo. Con este nuevo recorte de un cuarto de punto para abaratar el crédito, los tipos de interés quedan en una horquilla entre el 1,75% y el 2%. Y podría no ser la última porque mayoría de los integrantes de la Fed esperan una tercera rebaja antes del final del año.

Powell dejó claro que su preocupación se deriva fundamentalmente del impacto de la prolongada guerra arancelaria que su país mantiene con China, un pulso sin visos de solución que está minando el potencial de varios sectores de la economía estadounidense. «Nuestros contactos en el mundo empresarial llevan tiempo diciéndonos que esa incertidumbre está desincentivando la inversión en sus negocios», sentenció sin atreverse a cuantificar los daños de la guerra comercial.

En su comunicado, el banco central sostiene que «el mercado laboral se mantiene fuerte y la actividad económica crece a un ritmo moderado», pero también constata que, a pesar del vigoroso impulso del consumo, «la inversión empresarial y las exportaciones se han debilitado».

En líneas generales, EEUU está en una situación bastante mejor que sus socios europeos o Japón, pero las fricciones comerciales o el desenlace del brexit pesan como una losa en los mercados, que han mostrado su desconfianza en el futuro al colocar su dinero en letras del Tesoro a corto plazo, en vez de buscar mayores rentabilidades en los bonos a largo plazo. Eso ha invertido la llamada curva de rendimiento, una señal que suele anunciar la proximidad de una recesión.

Powell está siendo sometido a una enorme presión por parte del presidente Donald Trump, que no ha dejado de cuestionar su capacidad para dirigir el banco casi desde el día en que lo nombró. Trump reclama agresivas bajadas de los tipos para estimular el consumo y la inversión, intereses neutros o negativos, sin importarle que la Fed pueda quedarse sin herramientas para reconducir el rumbo si las cosas se tuercen. Ni siquiera con esta última bajada está contento. «No tienen agallas, ni sentido ni visión. Es un terrible comunicador», escribió el presidente ayer.