El fabricante de motores británico Rolls-Royce Holdings PLC (Rycey) ha anunciado este lunes que eliminará 200 cargos directivos más mediante un programa de bajas voluntarias, en su batalla para incrementar la rentabilidad. La mayor parte de la reducción de plantilla se hará en el negocio de motores de aviones de la compañía, que suministra a Boeing Co (BA) y Airbus (ABI-YY), después de comunicar que la eliminación de otros 2.600 puestos en ese segmento.

Rolls-Royce también ha anunciado 400 despidos en su filial marina y planea una reestructuración mayor. El consejero delegado Warren East, que tomó el mando de la compañía el año pasado tras una serie de revisiones a la baja de las previsiones de beneficios, ha estado intentando acelerar las medidas de reestructuración en Rolls-Royce, que ya no está vinculada al fabricante de automóviles de lujo.

Aunque Rolls-Royce está aumentando los recortes de plantilla, aún mantiene su objetivo de conseguir ahorrar entre 150 millones y 200 millones de libras (entre 175 y 233,7 millones de euros) al año a partir de finales del 2017.

La compañía trata de impulsar de forma agresiva su producción de motores para aviones de fuselaje ancho para satisfacer la sólida demanda de los Boeing 787 Dreamliner y Airbus A350. Al mismo tiempo, Rolls-Royce afronta el descenso de ventas y beneficios, pues la demanda de algunos motores rentables y más antiguos ha bajado notablemente.

El prolongado desplome en los precios del petróleo y el gas también ha afectado a los negocios de electricidad y sistemas marinos de la compañía. Este año, East se vio obligado a reducir el dividendo de Rolls-Royce por primera vez desde 1992.