La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y un grupo de estados productores capitaneados por Rusia han llegado a un acuerdo para recortar la producción de crudo en 10 millones de barriles diarios a partir del 1 de mayo y durante un periodo de dos meses, una rebaja sin precedentes que equivale a un 10% de la extracción mundial.

El pacto, cuya materialización depende de la adhesión de México —de momento se muestra contrario—, intenta frenar el dañino descalabro en el precio del barril provocado por la caída de la demanda tras la aparición de la epidemia del covid-19. Los principales países afectados por los recortes serán Arabia Saudí y Rusia, los principales exportadores, que extraerán 2,5 millones menos de barriles diarios, e Irak, con un millón menos.