El Santander ganó 6.515 millones de euros el año pasado, un 16,6% menos que en 2018 pero por encima de los entre 6.200 y 6.300 millones esperados por los analistas. La caída del beneficio se debió a que los impactos extraordinarios que sufrió en sus cuentas fueron muy superiores a los del año precedente (1.737 millones frente a 254 millones). El banco ha destacado que, excluido estos efectos, el resultado ordinario de su negocio hubiera mejorado el 2%, hasta los 8.252 millones.

Las principales de estas partidas fueron la pérdida de 1.491 millones que se tuvo que apuntar por el deterioro del valor de su filial en el Reino Unido y los 864 millones (600 millones en España) que tuvo que reservar para pagar reestructuraciones de plantilla y oficinas en sus distintas unidades, así como unos números rojos de 405 millones provocados por activos y participaciones inmobiliarias en España. En sentido contrario, el banco se apuntó una plusvalía de 693 millones por la fusión de su negocio de custodia de valores con el de Crédit Agricole y otros 551 millones por una reforma impositiva en Brasil.

Pese a la caída del beneficio, el consejo de administración del grupo ha decidido mantener el dividendo con cargo a los resultados del 2019 en 0,23 euros por acción y aumentar un 3% la parte del mismo que se paga en efectivo, hasta suponer un 89,6% del total. Para ello, ha aprobado este miércoles un segundo pago de 0,13 euros por título: 0,1 euros en efectivo y 0,03 a elegir entre el abono en metálico o en acciones. El porcentaje de las ganancias que se destinará a retribuir al accionista subirá al 46,3%, pero se mantendrá dentro del rango de entre el 40% y 50% fijado por la entidad.

MÁS INGRESOS

El Santander logró mejorar el año pasado sus ingresos más básicos, los que obtiene por el crédito menos el coste de los depósitos (2,7%, hasta los 35.283 millones). El aumento de las comisiones (2,6%, a los 11.779 millones) se vio eclipsado por la menor aportación de las operaciones con carteras de deuda (-14,8%, hasta los 1.531 millones), con lo que los ingresos totales del negocio mejoraron menos: el 1,7%, hasta los 49.229 millones. El aumento de los costes (2,2%, a los 23.280 millones) y de las provisiones para afrontar pérdidas (5%, hasta los 9.321 millones) provocó que el resultado antes de impuestos cayese el 11,7%, hasta los 12.543 millones.

Por áreas de negocio, Europa contribuyó con un 47% del beneficio ordinario del grupo; sudamérica, un 37%; y norteamérica, un 16%. Brasil sigue siendo el mercado que más ganancias aporta, con un 28% del beneficio ordinario, seguido de España (15%), su filial global de consumo (13%), Reino Unido (11%), México (9%), Estados Unidos (7%) y Chile (6%). En España, el beneficio ordinario se situó en 1.585 millones de euros, un 2% más, gracias a una mayor reducción de costes procedentes de la integración del Banco Popular.