Sareb ha renovado el contrato que tiene con Haya Real Estate, 'servicer' del fondo estadounidense Cerberus, para que gestione activos del 'banco malo', tanto préstamos como inmuebles, valorados en 8.400 millones durante los próximos dos años y medio, hasta mediados de 2022. Se trata del primer contrato de gestión de activos de los cuatro que Sareb tiene con 'servicers' que se renueva y es, por tanto, el primero que implementa la nueva estrategia diseñada por esta entidad para gestionar su cartera con el fin de "preservar o mejorar su valor".

En virtud de esta estrategia, los 'servicers' contarán con funciones y labores "fundamentalmente comerciales", toda vez que Sareb se reservará la gestión directa de tareas que hasta ahora tenían encomendadas las firmas inmobiliarias, según explicó esta entidad. En esta línea se enmarca la apuesta del 'banco malo' por promover viviendas a través de su propia inmobiliaria, Árqura Homes y de abrir delegaciones territoriales.

El 'banco malo' también pasa a encargarse de la gestión y el desarrollo urbanístico de los suelos y de judicializar préstamos impagados. Asimismo, Sareb asume otras labores hasta ahora encomendadas a los 'servicers' como son el mantenimiento de los inmuebles, las gestiones con los grandes deudores y la comercialización de activos singulares.

NUEVA ESTRATEGIA

De esta forma, el contrato renovado con Haya Real Estate, que entra en vigor el próximo 1 de enero, será el primero que adopte y se adapte a esta nueva estrategia diseñada por el 'banco malo', denominada 'Esparta', para sacar el máximo partido a los activos fallidos que sus bancos accionistas le traspasaron en la crisis.

Haya Real Estate es uno de los cuatro 'servicers', firmas de servicios de gestión inmobiliaria, con los que Sareb tiene encomendada desde 2014 dicha gestión de toda esta cartera de activos fallidos. Los otros tres son Solvia, Servihabitat y Altamira.

No obstante, el contrato con Haya Real Estate es el primero que se renueva dado que se adjudicó y rubricó en diciembre de 2014 para un periodo de cinco años que, por tanto, vence en diciembre de este año.

Los otros tres se firmaron en noviembre y diciembre de 2014, pero para un periodo de siete años, por lo que aún les resta dos ejercicios más de vigencia.