La fábrica zaragozana de Schindler libra una batalla por la eficiencia con las otras tres plantas europeas de la multinacional suiza. Para mantener su competitividad, la factoría ubicada en el polígono Empresarium de La Cartuja está experimentado una profunda transformación interna siguiendo la metodología Lean Manufacturing, un modelo de gestión para producir «sin desperdicios» y reducir costes. La empresa está dedicando grandes esfuerzos técnicos y económicos a este proceso de cambio, que coincide con el reciente lanzamiento de una nueva línea de máquinas de tracción (motores) para ascensores de rascacielos que hasta ahora fabricaba en Ebikon (Suiza).

Todas estas novedades fueron presentadas ayer al presidente aragonés, Javier Lambán, durante la visita que realizó al complejo industrial de la antigua Giesa, donde trabajan actualmente en torno a 450 personas, 170 de ellas en el área de producción, que opera bajo el sociedad Schindler Drive Systems (SDS).

La compañía eludió cuantificar la inversión en el nuevo pedido, aunque hace ochos meses anunció que triplicaría la cifra de un año corriente. Este proyecto está en «fase de adaptación», aseguró a los medios de comunicación el consejero delegado de Schindler Iberia, Julio Arce, que dejó la puerta abierta a llegada de más carga de trabajo. «El conocimiento técnico que existe en esta planta es muy bueno y por tanto el grupo confía en ella para atraer nuevas inversiones y proyectos», explicó.

La factoría compite con otras de la matriz para atraer las nuevas familias de ascensores que se lanzarán a finales del 2018. Por ello, Arce hizo hincapié en la importancia de «ser eficientes y competitivos» frente a otros países «que tampoco están parados».

Para lograr ese objetivo, la compañía destinará este año el 10% del volumen total de facturación de la fábrica -es decir, 7 millones de los 70 millones que ingresa- a la mejora de la eficiencia, frente al 3% que supuso en el 2016.

Además de la actividad fabril, el complejo de La Cartuja acoge otras áreas como formación, logística, informática o parte de los servicios centrales de Schindler en España. A ello se suman otros 200 empleados más en Aragón dedicados al montaje y el mantenimiento de instalaciones.

El departamento informático, que presta atención y soporte a las plantas del grupo en todo el mundo, es unos de los que más ha crecido. Hoy cuenta con una plantilla de 70 empleados, el doble que hace tres años.