Los presidentes de las seis mayores españolas se reunieron el pasado 4 de septiembre en la sede de Telefónica con dos temas relevantes encima de la mesa: el análisis de la evolución económica española tras detectar los primeros síntomas de ralentización el pasado verano y la situación de creciente tensión que se vive en Catalunya. Ejerció de anfitrión del encuentro el presidente de Teléfonica José María Álvarez Pallete y asistieron como invitados Ana Botín (Santander), Francisco González (BBVA), Isidre Fainé (Gas Natural y Criteria), Pablo Isla (Inditex) y Juan Roig (Mercadona), según han confirmado fuentes cercanas a estas compañías. El cónclave, que se reunió en la Ciudad de las Telecomunicaciones, sede central de Telefónica, sigue la estela del extinto Consejo Español para la Competitividad (CEC) que se creó en el 2011 cuando España estaba a punto de ser intervenida.

En ese momento, el Ibex 35 en pleno se volcó en formar un lobi que pudiera mostrar músculo a nivel internacional para demostrar a los mercados que España tenía potencia económica y empresas de primera línea ante los ataques de los especuladores y la escalada de la prima de riesgo española. El CEC estaba presidido por César Alierta y en él participaban empresas como El Corte Inglés, Repsol, Acciona, Mapfre o ACS, que ahora han sido excluidas de esta reunión informal.

El CEC se liquidó porque sus integrantes consideraron que España estaba ya suficientemente representada por la Cámara de España y la CEOE y la economía española había salido de la crisis. Fuentes cercanas al encuentro de las seis grandes empresas reunidas a este mes han argumentado que la reunión se ha convocado sin ánimo de crear un nuevo lobi y ante la particular situación que atraviesa España. Han destacado que la conversación se centró principalmente en el choque de trenes que se ha producido entre las instituciones catalanas y el Estado español. Las empresas presentes por su tamaño y su capilaridad en el mercado español están particularmente afectadas al contar con cuotas de negocio muy importantes en la comunidad catalana.

Es el caso del grupo bancario de La Caixa; del BBVA, heredero de Caixa Catalunya; y también del Santander. Pero también de las dos grandes empresas de distribución Mercadona e Inditex. Los empresarios dieron su opinión sobre los diferentes escenarios que se abrirá tras el 1-O y coincidieron en mostrarse profundamente preocupados por la falta de gestión del conflicto y la vulneración de la legalidad. Los empresarios también se mostraron convencidos de que la economía puede acabar resintiéndose si la tensión sigue creciendo. Los empresarios han hecho llegar a Mariano Rajoy sus opiniones y le han pedido diálogo político, sin que por el momento haya señales de que hayan sido escuchados.