El grupo francés Alstom ha reconocido que «no hay certidumbre» de que las concesiones que con el alemán Siemens presentaron en diciembre para que las autoridades europeas de la competencia acepten su fusión sean suficientes para levantar las reticencias que han manifestado. En un comunicado con ocasión de sus resultados de los nueve primeros meses del ejercicio contable (que termina el 31 de marzo), Alstom recordó que esperan una decisión de la Comisión Europea de aquí al 18 de febrero.

Las dos empresas sometieron el pasado 12 de diciembre una propuesta en respuesta a las advertencias de Bruselas sobre los efectos para la competencia que podría tener esa concentración, y aceptaban ceder una serie de actividades de señalización y de material rodante que representa en torno al 4% de su facturación.

Sin embargo, la comisaria europea de la Competencia, Margrethe Vestager, manifestó una semana después su preocupación sobre las consecuencias de la unión de Alstom y Siemens para el mercado de los trenes de alta velocidad y también para el de la señalización ferroviaria.

Para las dos empresas, por el contrario, esa concesión es «apropiada y adecuada» porque tiene en cuenta las reticencias de Bruselas, pero también preserva «los fundamentos económicos e industriales de la transacción». En los últimos días, han recibido el apoyo firme del ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, que ha advertido de que si Bruselas bloqueara la fusión sería un error tanto económico como político, y ha criticado el derecho europeo de la competencia, que considera «obsoleto».

La argumentación de Le Maire es que esa obsolescencia queda en evidencia cuando se ve que el gigante chino CRRC con el que competiría Alstom-Siemens tiene una facturación que duplica la de los dos grupos europeos, fabrica muchos más trenes de alta velocidad, y que por esa posición de fuerza logró la mayor parte de las licitaciones en EEUU.