La Administración de Donald Trump podría decidir a finales del mes que viene imponer aranceles al cava, tal como adelantó este diario. El producto se libró en la primera fase de cargas fronterizas decididas por Estados Unidos en compensación por las ayudas europeas a Airbus, que sí que afectó a vinos de menor graduación, además de al aceite de oliva, las aceitunas o el queso, entre otros productos agroalimentarios. El presidente del consejo regulador del cava, Javier Pagés, asegura que el tema no se ha tratado todavía, pero admitió que la posibilidad se ve con preocupación y cierto temor. A su juicio, el impacto de este tipo de medidas, «que nunca son bienvenidas», es más a corto que a largo plazo.

El presidente del consejo regulador recuerda que Estados Unidos es uno de los principales mercados del sector. En la campaña del 2018, la Denominación de Origen de Cava destinó un total de 21,7 millones de botellas al mercado de los estados, lo que lo situó como tercer mercado exterior, por detrás de Alemania (32,1 millones), Bélgica (27 millones). Reino Unido se situó muy cerca, con un total de 21,67 millones, pero con tendencia a la baja, según los datos del consejo.