La economía española continúa su proceso de recuperación tras los primeros efectos del virus y cinco meses después de declararse el estado de alarma los trabajadores afectados por un erte bajan por primera vez del millón. Más de 3,4 millones de empleos llegaron a estar en suspensión en los momentos más restrictivos del confinamiento. Desde ese abril el calor del verano, la época más prólífica tradicionalmente para las contrataciones, y una exigua temporada turística han acompañado este proceso de reactivación, en el que tres de cada cuatro ya se han reincorporado a sus puestos. Un total de 959.000 trabajadores continúan en erte en la segunda semana de agosto, tal como ha hecho público este martes el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luís Escrivá, a través de su cuenta de Twitter.

El ritmo de salida de los trabajadores afectados por un erte se ha mantenido en la primera semana de agosto respecto al volumen que registró en julio, pese a que tradicionalmente agosto es un mes de menor creación de empleo. Cerca de 32.000 empleados de media abandonaron su expediente de suspensión para reincorporarse a la actividad en la primera semana de agosto.

El sector de la restauración y vinculado al servicio de bebidas es el que continúa como más afectado por los cierres, de momento, temporales. El mes de julio cerró con un total de 205.358 trabajadores suspendidos de empleo y sueldo por uno de estos expedientes; seguido por el sector de los alojamientos, con 142.982 empleados suspendidos. La pobre temporada turística, con un julio en el que España registró un descenso del 97% de visitantes extranjeros, explica parte de esos altos índices de suspensión.

Una de las principales incógnitas que se ciernen sobre la estadística de los ertes es cuántos de los trabajadores que actualmente están afectados saldrán de los mismos para acabar en el paro. El porcentaje de salidas a la inactividad, no de vuelta al empleo, se situaba a principios de agosto en el 5%; según datos ofrecidos por el ministerio de Escrivá. Es decir, prácticamente uno de cada 20 trabajadores afectados por un erte abandonaba el mismo para acabar en el desempleo.

Dicho porcentaje podría escalar una vez comiencen a salir el millón de trabajadores que continúan actualmente en erte y que, por sectores y debido a la acumulación de un mayor tiempo en la inactividad, pueden encontrar más dificultades para reengancharse a la actividad. La hipotética cuarta prórroga de los ertes de la covid, que actualmente negocian Gobierno, patronal y sindicatos con vistas al 30 de septiembre, condicionará la reactivación de parte de esas empresas.