La avalancha de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) ha generado una carga de trabajo excesiva entre los trabajadores del SEPE. Envejecida e insuficiente, la plantilla se ha visto obligada a hacer horas extras sin cobrar y se ha sometido a un estrés que les dejará secuelas, asegura Miguel Ángel, uno de los trabajadores del organismo.

Los empleados constatan que hay "muchísimos errores" en las nóminas del paro y creen que tardarán meses a corregirlos. Para evitar problemas en las desafectaciones de trabajadores de empresas que reanuden la actividad, el Colegio Oficial de Gestores Administrativos pide poder acceder al sistema del SEPE, agilizar el "desmontaje" de los ERTE y evitar, así, nuevos errores.

3,4 millones de euros

El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ha reconocido más del 98% de las prestaciones por ERTE presentadas desde el inicio de la pandemia y, hasta ahora, ya han abonado más de 3,4 millones de euros. El director general del organismo, Gerardo Gutiérrez Ardoy, aseguró el jueves que el ritmo de reconocimiento "ha recuperado la normalidad", ya no hay prestaciones pendientes para reconocer y la plantilla está centrada en corregir los fallos.

Sin embargo, los errores detectados en las prestaciones de desempleo son tantos y de todo tipo que los trabajadores alertan de que no podrán corregirlos todos en tres meses. La experiencia vivida por la plantilla del SEPE "no se puede comparar" con ninguna otra situación, "ni con los peores años de la crisis", explica Miguel Ángel, que es delegado sindical de la CGT.

80.000 personas sin cobrar aún

Según cálculos del Gobierno, unas 80.000 personas aún no han cobrado la prestación por desempleo. Aparte de los impagos, despachos de abogados, sindicatos y patronales han denunciado que hay miles de errores en las nóminas que ha enviado el SEPE, con cantidades que pueden ser inferiores a los 100 euros. "La situación es y ha sido muy angustiosa, la avalancha de prestaciones es tal que es inalcanzable ", dice este empleado del servicio público estatal de empleo.

No es lo mismo, explica, tratar con el usuario directamente que hacerlo por vía telemática. "No todo el mundo tiene correo electrónico, y muchos de lo que lo tienen no lo utilizan mucho. A veces tienes un número de teléfono al que llamar pero muchas veces no te contestan. También se dan casos de personas sin ningún dato personal y se hace imposible contactar con ellos", relata.

Plantilla envejecida

Esta situación especial ha llegado de lleno a una plantilla envejecida, con una media de edad de más de 50 años, y donde las jubilaciones son una constante cada mes. Desde el inicio de la crisis sanitaria, la administración ha contratado más de 1.000 personas en España. Con todo, los recién llegados están haciendo formación y no pueden hacer el mismo trabajo que el resto. Otra dificultad añadida durante estos últimos dos meses ha sido el estrés legislativo que ha supuesto cada cambio de la normativa laboral por los empleados.

"Una semana sí y otra también nos han cambiado un montón de normas, cosas que se han de entender e interpretar. Surgen cientos de dudas y es una dificultad considerable", apunta Miguel Ángel. Todo ello, ha significado que el personal tenga que trabajar muchas horas fuera de jornada, tardes y festivos con sus propios recursos y desde casa. El sistema está abierto de 6 de la mañana a 9 de la noche y los trabajadores pueden trabajar voluntariamente las horas que quieran, aunque su horario está marcado de 8 a 14 horas. Los que lo hacen, ya saben que no cobrarán nada a cambio, pero entienden que son un servicio público, dice el Miguel Ángel.

"Detrás de cada pantalla que pasas hay una persona que tiene que cobrar y que tiene unas necesidades, lo tenemos muy claro. Si te estás 10 minutos más habrá una persona más que cobrará. Esto lo tenemos grabado a fuego siempre", explica.

El trabajo presencial

El regreso al trabajo presencial plantea otra polémica entre la plantilla, que nota como se ha instaurado un clima social que los culpabiliza en el retraso del cobro del paro, explica Enric, que ve como un "terrible error" volver a abrir puertas el 1 de junio, tal como se plantea hacer la entidad. El personal tiene miedo de recibir agresiones verbales o físicas de personas "desesperadas" que no han cobrado nada desde marzo, asegura este empleado que trabaja en el SEPE desde 1982.

"Hasta que no estamos en una situación de más normalidad abrir es un error grave porque no tendremos la productividad que tenemos ahora y habrá muchos problemas de orden público", asegura. Los trabajadores entienden que el SEPE es un organismo público y que debe dar una atención directa pero creen que, ante la situación excepcional, se ha de prescindir.

"El teletrabajo está funcionando más que razonablemente bien, se están gestionando millones de prestaciones desde casa y volver a las oficinas supondría atender a todas las personas. El servicio no debería consistir que le digamos a una persona por qué no cobra sino que le arreglamos el expediente ", razona Miguel Ángel.

Acuerdo con los bancos

La entidad afirma que las prestaciones pendientes se abonarán durante el mes de mayo, gracias a un acuerdo con los bancos para avanzar el pago y defiende que los errores "son ajenos" a la gestión del SEPE porque se trata, habitualmente, de errores en los números de DNI u otros datos de información relativa a los trabajadores incluidos en el ERTE que han aportado las empresas y gestories.

Los gestores se defienden y aseguran que el sistema que se ideó para tramitar los millones de prestaciones no ha sido "el más adecuado".