Las tensas relaciones entre Francia y Estados Unidos amenazan con agriarse todavía más después de que el Gobierno de Donald Trump anunciara la noche del lunes que impondrá aranceles por valor de 2.400 millones de dólares de hasta el 100% del valor de ciertos productos franceses en respuesta a la imposición el pasado julio de una tasa por parte del Ejecutivo de Emmanuel Macron sobre los ingresos de los servicios digitales de grandes tecnológicas de EEUU, como Google y Facebook. Esta será una de las diferencias que marcarán la reunión que Trump y Macron mantendrán en Londres en el marco de la cumbre de la OTAN.

La respuesta francesa no se ha hecho esperar. El ministro francés de Economía calificó de «inaceptable» la «amenaza» de EEUU y consideró que «no es lo que se espera de un aliado». Y la secretaria de Estado de Economía, Agnès Pannier-Runacher, advirtió de que «Francia no dará marcha atrás» en la aplicación de la tasa a las tecnológicas. «Está muy claro que no vamos a dar marcha atrás por un tema que tiene sentido económico y es de justicia fiscal», afirmó en declaraciones a medios franceses. Pannier-Runacher subrayó que la tasa no afecta solo a empresas estadounidenses sino también a firmas francesas.

«La acción propuesta por la USTR [la Oficina del Representante de Comercio Exterior de Estados Unidos] incluye aranceles adicionales de hasta el 100% sobre ciertos productos franceses», señaló este organismo en un comunicado.

quesos, bolsos, vino... / Según el anuncio, la lista de productos franceses sujetos a estos gravámenes incluye 63 categorías diferentes con un valor comercial aproximado de 2.400 millones de dólares. En esa lista se encuentran productos como varios tipos de quesos, bolsos, vino espumoso y varios productos de maquillaje.

«La decisión de la USTR envía una señal clara de que Estados Unidos tomará medidas contra los regímenes fiscales digitales que discriminan o imponen cargas indebidas a las empresas estadounidenses», advirtió el responsable de Comercio Exterior de EEUU, Robert Lighthizer.

Esta medida del Gobierno de Trump llega meses después de que Francia promulgara oficialmente en julio la conocida como tasa GAFA (por Google, Apple, Facebook y Amazon), que fija la imposición del 3% sobre la facturación del negocio digital de esas empresas para obligarlas a pagar impuestos en Francia por los beneficios que obtienen gracias a los internautas franceses.

El impuesto francés afecta a las compañías cuyos ingresos anuales superan los 750 millones de euros a nivel mundial, de forma que unas 30 empresas podrían verse afectadas, la mayoría estadounidenses, aunque la lista también incluye a firmas chinas, británicas y alemanas.

Después de que entrase en vigor, la USTR, la agencia estadounidense responsable de la política comercial exterior, anunció el inicio de una investigación contra Francia por su tasa a las tecnológicas al considerar que se dirigía “injustamente” contra los gigantes estadounidenses.

Guerra arancelaria / De hecho, la Oficina del Representante de Comercio Exterior, que depende de la Casa Blanca, abrió la investigación amparándose en la misma cláusula legal que llevó a la guerra arancelaria entre Washington y Pekín. Francia intentó sin éxito que la Unión Europea (UE) adoptara un impuesto digital y anunció que renunciará al suyo cuando se ponga en marcha una alternativa internacional.

Precisamente estaba previsto que Trump y Macron abordaran la respuesta de Washington a la tasa a las tecnológicas en la reunión de Londres en el marco de la cumbre de la OTAN. Desde su imposición, París ha defendido que el impuesto «no está dirigido solo a empresas estadounidenses, sino que también afectará a compañías europeas o chinas».

La relación comercial entre Estados Unidos y Francia no pasa por su mejor momento después de que el pasado octubre Washington impusiera aranceles a cientos de productos europeos.