La Reserva Federal tendrá nuevo presidente a partir de febrero del 2018 si la cámara alta del Congreso no lo impide. Donald Trump anunció ayer la nominación de Jerome Powell para sustituir a Janet Yellen al frente del banco central de Estados Unidos, el organismo que dirige la política monetaria con independencia del Ejecutivo. La elección del republicano Powell, un abogado y banquero de inversión curtido en Wall Street, supone una apuesta por la continuidad de las políticas adoptadas por Yellen en los últimos años. Más allá de la afiliación política de uno y otro, la mayor diferencia entre ambos estriba en sus posiciones hacia la regulación bancaria. Powell es mucho más partidario de relajar las restricciones impuestas a los bancos tras la crisis que hundió la economía mundial hace casi una década.

En las últimas semanas, Trump no se ha cansado de expresar su admiración por el trabajo de Yellen, la primera mujer en ocupar la presidencia de la Fed, pero también había dejado claro que pretende dejar su impronta personal en el estamento emisor del dólar. Con la elección de Powell parece haber encontrado un candidato a su medida. Un dirigente dispuesto a mantener los tipos de interés relativamente bajos, a pesar de que apoya la progresiva normalización de la política monetaria, y a la vez partidario de reducir la regulación bancaria como lleva prometiendo Trump desde que ganó las elecciones.