Uber ha logrado una licencia para operar en Londres durante los próximos tres años, tras lograr la aprobación judicial tras ser aceptado el proceso de apelación. Transport for London (TfL), la autoridad reguladora del transporte en Londres, negó en noviembre pasado por segunda vez a Uber la licencia para operar su filial de taxis privados en la capital británica, donde realizaba 3,5 millones de viajes al año y utiliza 45.000 conductores. Londres es el principal mercado europeo de la popular plataforma de transportes. Pese a esa decisión, la firma pudo seguir operando hasta reslverse el proceso de apelación y que debía finalizarse en 21 días y que se ha prolongado casi un año.

Uber reaccionó con satisfacción ante la decisión del juez y consieró que es un reconocimiento a su trabajo en seguridad. "Esta decisión es un reconocimiento del compromiso de Uber con la seguridad y continuaremos trabajando de manera constructiva con TfL (Transport for London)", valoró el responsable de la compañía en Europa del Norte y del Este, Jamie Heywood, en un comunicado.

El principal problema aducido pasa la suspensión de la licencia era la facilidad con la que los conductores pueden manipular la aplicación informática de Uber y falsificar su identidad, de forma que en al menos 14.000 trayectos el conductor real no era el que los pasajeros creían que era.

En el 2017, la autoridad de transportes londinense ya retiró el permiso para operar por considerar que Uber no era un operador "adecuado". La autoridad de transportes londinense retiró la licencia porque la plataforma no informaba sobre los antecedentes penales de sus conductores.