Los bancos europeos puede que hayan reforzado su solvencia, que la recuperación económica haya tocado positivamente al sector financiero y que los créditos morosos se hayan reducido pero la cartera de activos tóxicos en manos de los bancos de algunos estados miembros sigue siendo excesivamente abultada. Nada menos que un billón de euros, según un informe sobre préstamos dudosos(NPL en sus siglas en inglés) elaborado por la secretaría general del Consejo para alimentar el debate de los 28.

Aunque la responsabilidad primaria a la hora de sanear balances y reducir la carga de créditos morosos -aquellos con un riesgo de mora e impago muy alto- corresponde a cada banco, la magnitud y la tardanza en solucionar un problema que la UE arrastra desde hace una década ha llevado a los ministros de economía y finanzas de la UE a intentar dar una respuesta definitiva en su reunión de este martes en Bruselas. Sobre la mesa, un plan de acción que no contempla la posibilidad de crear un banco malo, respaldado con la garantía de fondos públicos y que compraría los créditos morosos a las entidades bancarias, tal y como sugirió hace unos meses la Autoridad Bancaria Europea.

Según el borrador de conclusiones, los 28 admiten que los créditos morosos generan riesgos transfronterizos, que pueden afectar a la percepción del mercado sobre la unión bancaria y suponen un riesgo para la viabilidad de aquellas entidades con elevados activos tóxicos en sus balances. Pero la negativa tanto de Berlín, opuesta a todo lo que suene a mutualizar riesgos y pérdidas, como del Banco Central Europeo ha impedido que la idea del banco emprenda el vuelo y los 28 se conformarán con una actuación mucho menos ambiciosa. Su receta para combatir este lastre: supervisión bancaria, reforma del marco de involvencia, reestructuración de la industria bancaria y desarrollo de un mercado secundario de activos tóxicos.

DIFERENCIAS POR PAÍSES

Los números ponen de manifiesto que el problema va por barrios. Los bancos acumulaban a diciembre de 2016 casi un billón de euros en créditos morosos en la UE (990.400 millones) -equivalente al 6,7% del PIB de la UE o el 5,1% de todos los créditos bancarios- pero el lastre se concentra esencialmente en cuatro países: Italia,Portugal, Grecia y Chipre. El términos absolutos Italia es el país con más activos tóxicos (276.000 millones según la EBA) aunque en relación al volumen de créditos encabezan la lista Chipre y Grecia, con una tasa de morosidad que supera el 45% frente al 1% de Suecia o Luxemburgo. En el caso de España su nivel ronda el 5,7% y en Italia se sitúa en el 15,3%.

Al hilo de este debate, la Comisión Europea ha abierto una consulta pública -hasta el próximo 20 de octubre- para estudiar la posibilidad de crear un mercado secundario que de salida a todos los activos tóxicos acumulados por la banca europea. "El alto nivel de morosidad en muchos Estados miembros frena el crecimiento económico y puede ser fuente de riesgos indirectos para la economía y la economía en general", admite el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.

La Comisión Europea mantiene que no hay una única solución posible pero es de la opinión que "si los bancos pudieran sacar los activos heredados de sus balances a través de los mercados secundarios de crédito podrían utilizar más su capacidad de gestión en la evaluación de nuevos negocios de préstamos". De hecho, Bruselas también avanza que elaborará un estudio de impacto para decidir si presentar propuestas legislativas con las que fortalecer la capacidad de los acreedores garantizados para recuperar el valor de los préstamos garantizados a empresas y empresarios.