Unicaja no mantiene "a día de hoy" ningún contacto con otro banco para realizar una fusión, pero analizará cualquier operación que "genere valor" para los accionistas. La malagueña es una de las entidades medianas que aparecen permanentemente en las quinielas para protagonizar alguna operación corporativa y el Banco de España lleva años instando al sector a planteárselas. Eso sí, su director financiero, Pablo González, ha defendido este jueves que la decisión corresponde al consejo y que no se tomará por "presiones del regulador ni de nadie", que en cualquier caso ha dicho no sentir.

El banco ha sido tradicionalmente muy exigente para cerrar operaciones. Ahí están las fusiones frustradas en la última década con Caja Castilla-La Mancha, Cajasur y, el año pasado, Liberbank, si bien cerró en plena crisis la absorción de la castellano-leonesa Caja España-Duero. González, con todo, ha asegurado que estudiará las opciones que se presenten, incluso aunque supusiera que la entidad sea absorbida: "Nunca hemos dicho que solo haremos operaciones que lideremos".

La entidad presidida por Manuel Azuaga ganó 172 millones de euros el año pasado, un 12,9% más. Los ingresos obtenidos por el crédito menos el coste de los depósitos bajaron (-3,7%), pero el aumento de las comisiones (5,5%) y los menores gastos (-3,1%) permitieron que los ingresos totales subieran el 5,8%. Las mayores provisiones lastraron el resultado de explotación (-15,4%) pero la fuerte caída de los impuestos (-96,6%, gracias sobre todo a la mayor aportación de participadas que abonan la tasa fiscal en origen y a que las plusvalías obtenidas por la venta de la autopista Ausol no tributan) permitió el incremento del beneficio final.

AJUSTE Y RENTABILIDAD

Las cuentas se han visto penalizadas por una provisión excepcional de 230 millones de euros realizada para pagar los costes de reestructuración que permitirán al banco reducir sus costes en 70 millones y un 3% anual entre el 2020 y el 2022, según el plan estratégico que ha presentado este jueves. Su consejero delegado, Ángel Rodríguez de Gracia, ha apuntado que podría cerrar en torno a 100 de sus 1.046 oficinas, aunque ha precisado que la cifra podría cambiar y ha añadido que incorporará unos 300 agentes financieros a los 160 con que ya cuenta para no dejar a pequeños pueblos sin servicio.

El ejecutivo no ha querido precisar el ajuste de plantilla que podría emprender respecto a sus 6.719 empleados. Con todo, ha querido recordar que la política de la entidad ha sido tradicionalmente "no hacer EREs (expedientes de regulación de empleos)", sino acordar planes de incentivos para bajas voluntarios.

Unicaja presenta el capital más alto de la banca cotizada: 14%. Su número dos ha asegurado que la entidad se sentiría "satisfecha" con un nivel del 13% y estudiará remunerar a los accionistas con el exceso por encima de esa meta (actualmente serían unos 640 millones), pero siempre que lo aconseje el "entorno económico" a lo largo del plan estratégico. De momento, el banco tiene previsto pagar a sus accionistas 77 millones de euros con cargo a los resultados del 2019, lo que supone un dividendo un 25% mayor y elevar el porcentaje del beneficio dedicado al mismo al 45%. El banco prevé que sus ganancias crezcan más de un 10% anual hasta el 2022 y que la rentabilidad sobre el capital, en el 4,4%, quede entre el 5% y el 6% cuando la solvencia baje al 13%.