Wall Street suspendió a Apple en la sesión bursátil del martes en el preludio de un problema que la multinacional capeó ayer con todos sus recursos. Las acciones de la compañía de la manzana bajaron en la primera sesión tras la Navidad el 2,54%, el primer varapalo de importancia en la bolsa para la firma en un año en el que acumula un alza del 45%. La mayor empresa mundial por capitalización bursátil encabezó las pérdidas en medio de rumores e informes extraoficiales que indican un descenso del 40% en sus previsiones de demanda del iPhone X.

Y es que el gigante espera vender 30 millones de unidades, frente a los 50 millones inicialmente previstos. Morgan Stanley pronostica que la multinacional potenciará sus ventas en China para intentar compensar la rebaja de esas previsiones.

El recorte bursátil apareció ante la amenaza de noticias negativas poco habituales en torno a la marca. El caso es que Apple reconoció la semana pasada que vía software ralentizó el rendimiento de sus iPhone para minimizar la pérdida de autonomía de las baterías con el paso del tiempo y evitar también el sobrecalentamiento del aparato. Apple intentó con esa disminución del rendimiento evitar una sustitución de baterías generalizada de los productos vendidos, algo que tendría un impacto en las cuentas muy relevante.

La situación de Apple fue considerada un elemento que puede abortar el tradicional repunte de Santa Claus de la Bolsa de Nueva York, que parece sufrir un cierto mal de altura parejo al de Apple.

En cualquier caso, las ventas moderadas del iPhone X no han sorprendido demasiado a los analistas, ya que el producto ha llegado al mercado con un precio por encima de la competencia y, pese a su calidad, con elementos diferenciales poco disruptivos en el mercado de telefonía móvil. Y es que la pantalla sin marcos y el reconocimiento de rostros han sido incorporados también por otros competidores.