Telefónica sigue creciendo. Durante el pasado 2019, la multinacional de las telecomunicaciones española obtuvo un beneficio neto subyacente de 3.574 millones de euros, elevó sus ingresos un 3,2% y un 1,9% su resultado operativo antes de amortizaciones e impuestos. Sin embargo, este año el impacto de la pandemia del coronavirus covid-19 afectará a la compañía y a la cotización de sus acciones.

Con el cumplimiento de sus objetivos financieros, Telefónica encadena siete años consecutivos de crecimiento. Así lo anunció su presidente ejecutivo, José María Álvarez-Pallete, en la junta general de accionistas celebrada telemáticamente ayer y en la que se aprobó la repartición de un dividendo de 0,40 euros por acción en el 2020 mediante una fórmula de dividendo flexible voluntario: una parte se abonará en junio y la otra en diciembre.

El año pasado Telefónica logró niveles récord en generación de caja con una inversión de alrededor de 8.800 millones de euros. Ese elevado volumen no ha evitado tener un flujo de caja libre de alrededor de 6.000 millones de euros que, según Álvarez-Pallete, supone su mejor registro desde el 2012. La multinacional también siguió reduciendo su deuda, que desde junio del 2016 ha disminuido en 15.000 millones de euros.

Este año, Telefónica se ha visto obligada a adaptarse a las turbulencias generadas por la pandemia. Así, un 95% del equipo pasó al teletrabajo. «En medio de la conmoción mantuvimos las comunicaciones, somos el soporte que ha mantenido las empresas», señaló Álvarez-Pallete.

Por otro lado, la crisis también ha permitido una aceleración del «resistente» negocio de Telefónica. «Se ha avanzado en la digitalización social lo que habríamos tardado un lustro en una situación normal», explicó. A pesar de la incierta situación, la compañía remarcó su «sólida posición de liquidez» de 22.500 millones de euros, la posición «más sólida de sus últimos 14 años».