Los trabajadores de Volkswagen volverán a pagar las consecuencias de las malas praxis de la cúpula. El gigante automovilístico alemán ha anunciado este martes que ha llegado a unacuerdo con los sindicatos del país para recortar entre 23.000 y 30.000 empleos en todo el mundo de aquí hasta finales del 2021. De esa manera, el grupo presidido por Matthias Müller intentará ahorrar alrededor de 3.700 millones de euros anuales para poder compensar así el efecto económico negativo que ha tenido el escándalo conocido como ‘Dieselgate’ ha tenido en la compañía, según fuentes cercanas a las negociaciones citadas por Bloomberg.

De todo el dinero ahorrado con los despidos, el ya apodado ‘pacto de futuro’ reinvertirá unos 3.000 millones de euros en las sedes alemanas de Volkswagen mientras que los 700 millones restantes se gastarán en otras plantas de la compañía alrededor del mundo. "Volkswagen está dando un importante paso al frente", ha señalado orgulloso el director de la marca Herbert Diess. A pesar de eso, el diario económico alemán 'Handelsblatt' ha asegurado que dos terceras partes de los recortes, los que afectan a 23.000 empleados, se llevarán a cabo en fábricas alemanas. El propio rotativo ha asegurado que nunca antes Volkswagen había llegado tan lejos en los recortes de personal, que en Alemania supondrá el despido del 20% de sus trabajadores.

La reducción de estos empleos se efectuará mediante la amortización de puestos de trabajo y jubilaciones anticipadas, ya que el fabricante alemán ha acordado no ejecutar despidos al menos hasta el 2025, cuatro años después del final del acuerdo.

INVERSIÓN EN VEHÍCULOS MÁS LIMPIOS

El acuerdo con los sindicatos alemanes, que se ha fraguado tras meses de negociaciones, también incluye una inversión de hasta 3.500 millones de euros en los próximos años. Esa inversión se destinará principalmente a las nuevas tendencias del sector automovilístico como la digitalización de los vehículos con medidas como la conducción autónoma así como en la promoción de combustibles alternativos. Esa decisión también responde a un intento de Volkswagen para reparar su exhausta imagen después de meses en el que el escándalo no ha parado de crecer.

La decisión de aplicar estos drásticos recortes es parte de la reacción del grupo Volkswagen poco más de un año después de que se diese a conocer la falsificación de las emisiones contaminantes de los motores del grupo en más de 11 millones de vehículos, lo que supuso el mayor escándalo histórico de la empresa de Wolfsburgo, que durante años ha sido el emblema del potencial económico alemán. En los últimos meses los litigios y las quejas por una estafa que además tiene fuertes repercusiones negativas en el medio ambiente han asediado a una compañía que da trabajo a más de 624.000 personas en todo el mundo. Ante tal cantidad de pérdidas por las denuncias abiertas, Volkswagen ha optado por adelgazarse.