Todo está listo para que este sábado Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos los últimos cuatro años, pase el testigo al sucesor elegido por Donald Trump y confirmado por el Congreso, Jerome Powell, que jurará el cargo el lunes. Pero antes de marcharse Yellen presidió por última vez los dos días de reunión del Comité de Mercado Abierto, que concluyó con la decisión de mantener los tipos de interés en la horquilla de entre el 1,25% y el 1,50% a la que se subieron en diciembre.

Era una decisión que se anticipaba, aunque no haya mención expresa en el comunicado de ayer de la Fed, que la siguiente subida llegará en la reunión de marzo, la primera que presidirá Powell. Se mantendrá así el patrón que viene de diciembre del 2016, alternando reuniones sin movimientos de tipos con las de subidas.

Donde están puestos los ojos es en si el sucesor de Yellen altera ese ritmo. En diciembre, la propia Fed calculó que habrá tres subidas de tipos en el 2018, pero ahora se piensa que puede haber incluso cuatro, en parte para evitar un potencial estallido de la inflación por los efectos de los recortes de impuestos aprobados por la Administración de Donald Trump, aunque el comunicado no habla expresamente de las consecuencias de esa reforma fiscal.

Yellen se despide con la otra parte del doble mandato del organismo encaminada gracias a una tasa de paro que estaba en el 4,1% en diciembre, la más baja de los últimos 17 años. No obstante, el aumento de los salarios está muy lejos de ser óptimo y el crecimiento económico, pese a las perspectivas de expansión «sólida», sigue siendo bajo para los estándares históricos.

La última reunión de la primera mujer en presidir la Fed sirvió para que muchos hicieran balance de su mandato. Diane Swonk, economista jefe de Grant Thornton, le dijo al Los Angeles Times que Yellen «se marcha con buena nota».