Puede que el escepticismo de los estadounidenses hacia el rumbo de la economía haya sido uno de los factores que han aupado a Donald Trump hasta la Casa Blanca, pero el empresario neoyorkino heredará el mejor cuadro macroeconómico de los últimos años. Como ha dejado claro Janet Yellen en su comparecencia de esta mañana ante el Congreso, “la economía ha seguido progresando durante este año” y todo parece estar listo para que la Reserva Federal suba ligeramente los tipos de interés, algo que no sucede desde el pasado mes de diciembre. Su presidenta prevé que esa subida se produzca “relativamente pronto” y, en un mensaje a Trump, ha añadido que tiene toda la intención de cumplir los dos años que le quedan de mandato.

Será un pulso interesante porque, durante la campaña, el magnate neoyorkino no dejó de atacar a Yellen y prometió reemplazarla en cuanto se presente la oportunidad. Trump dijo que la economista de Berkeley “debería estar avergonzada de sí misma” por mantener los tipos tan bajos y crear "una economía falsa” para beneficiar políticamente a Hillary Clinton y Barack Obama. También prometió auditar a la Fed en los primeros días de su mandato, algo que no obstante ya sucede desde hace algún tiempo. Yellen siempre ha defendido la independencia de su institución y hoy ha recalcado que no piensa dimitir bajo ninguna circunstancia. “El Senado me confirmó para un mandato de cuatro años que termina en 2018 y tengo toda la intención de cumplirlo”.

Tras el temor que se apoderó de los mercados ante una eventual victoria de Trump, la ansiedad ha dado paso al optimismo. Los bonos del Tesoro han bajado y la cotización de los mercados ha subido ante la perspectiva de que el republicano ponga en marcha un plan de estímulo con inversión en infraestructuras y recortes de impuestos que aumentarían el gasto y contribuirían a la recuperación de la inflación.

Trump arrancará su presidencia en unas condiciones muy distintas a las que tuvo que enfrentar Obama, quien asumió el poder en medio de la peor crisis financiera en 80 años. Con el desempleo en el 4.9%, el número de trabajadores que se apuntaron al paro en noviembre fue el más bajo desde 1973. La construcción de nuevas viviendas creció en octubre un 25%, el mejor registro en tres décadas y los salarios aumentaron al ritmo más rápido desde el 2009 (2.8%). También se están recuperando el consumo y los precios, aunque el gran reto de Trump pasará por reducir el trabajo temporal y lograr que la riqueza llega a todos los hogares.

"Parece que el crecimiento ha repuntado de su ritmo apagado de principios de años", dijo Yellen ante los congresistas. Aunque no puso fecha a la subida de los tipos, la gran mayoría de analistas esperan que se produzca en diciembre, un mes antes de que Trump jure el cargo. Eso mismo piensa el presidente de la Fed de Boston, Eric Rosengren, según dijo el martes y siempre que no haya noticias inesperadas y adversas.

De acuerdo con Yellen, si la Reserva Federal espera demasiado podría verse obligada a ajustar su política "de forma abrupta" para evitar que la economía se aleje de los objetivos marcados respecto al empleo y la inflación. "Además, se correría el peligro de fomentar que se adopten demasiados riesgos, lo que podría socavar la estabilidad financiera", afirmó ante los congresistas. Los tipos están actualmente entre el 0,25% y el 0,50% y se espera que la subida, de acabar produciéndose, sea de un cuarto de punto. Eso significa que el precio del dinero seguirá estando muy bajo por más que tome vuelo la normalización de la política monetaria. El panorama mundial no es demasiado alentador y la futura presidencia de Trump sigue marcada por las incógnitas.