Francisco González renoció ayer en la Audiencia Nacional que fue él mismo quien pidió al entonces presidente de Bankia, Rodrigo Rato, que dimitiera de su cargo en un cena en el Ministerio de Economía el 6 de mayo de 2012 en la que también estaban el ministro Luis de Guindos, y los presidentes del Santander, Emilio Botín y de La Caixa, Isidre Fainé. Al día siguiente, el 7 de mayo, Rato dimitió.

El 4 de mayo hubo una reunión previa con los mismos participantes, convocadas ambas por el ministro Luis de Guindos. Rato detalló su plan para recapitalizar Bankia. El plan no convenció al resto de los banqueros. «Le dije que no iba a poder conseguir el capital que la entidad necesitaba, que él era una persona relevante y con mucho prestigio y que lo mejor era que dejara la presidencia y diera paso a una solución viable», relató el expresidente del BBVA.

«Él se calló y punto», añadió ayer para describir la respuesta que obtuvo de Rato. Según la versión de González, el ya difunto Emilio Botín apostilló «sí, Rodrigo, lo mejor es que dimitas», mientras que el ministro De Guindos, «si no lo dijo, asintió». Fainé, por su parte «estaba más dubitativo».

Este relato del día previo a la dimisión de Rato coincide con lo que declaró el propio Rato en la Audiencia Nacional. Sin embargo, contradice la versión del exministro y actual vicepresidente del Banco Central Europeo, De Guindos, que también declaró bajo juramento como testigo en el caso, el 26 de marzo, y que negó haber forzado a dimitir a Rato en esa reunión con sus competidores bancarios.