¿Es posible vencer a Youtube? Así lo creen en Alemania, donde un amplio grupo de youtubers se está organizando para reclamar al gigante digital que modifique sus normas y respete los derechos de los creadores de contenidos que operan en su plataforma. Y, de momento, han conseguido sentarlo en una mesa.

Fundada en marzo del 2008, The YouTubers Union nació como respuesta a unas políticas de Youtube que consideran injustas. Presionada por los anunciantes, en la primavera de 2017 la plataforma de vídeo propiedad de Google estableció que los youtubers solo podrían empezar a monetizar su actividad a partir de las 10.000 visualizaciones, cambiando así una norma que había permitido el boom de muchos canales. Lo que para Youtube era una manera de limitar contenido que no fuese legítimo, para muchos jóvenes creadores supuso una barrera. Y es que cada día se suben más de 82 años de material en vídeo a esta plataforma.

Desde entonces, The YouTubers Union exige a la plataforma que también existan anuncios para los canales con menos suscriptores, que se informe detalladamente a los creadores de la selección, categorización o prohibición de alguno de sus vídeos, que les den herramientas para impugnar esas decisiones y que se les considere como parte de la compañía y puedan decidir su rumbo. En definitiva, más transparencia.

Ser un youtuber sólo parece ser un trabajo de ensueño, se lamentaba Jörg Sprave, fundador y cara visible de este proyecto. En realidad, estamos a merced de la arbitrariedad de una plataforma abrumadora. Con 54 años y casi 2,3 millones de suscriptores, este youtuber se ha hecho conocido por un canal en el que testa todo tipo de armas y proyectiles tan antiguas como modernas, de ballestas a katanas pasando por sencillos tirachinas.

ALIANZA CON EL SINDICATO

Y es que este grupo ha encontrado un poderoso aliado en el sindicato IG Metall. Con 2,3 millones de afiliados, la unión de trabajadores más grande de Alemania y de toda Europa dio a conocer el pasado 22 de julio su apoyo a los youtubers del país con la intención de mejorar las condiciones de aquellos que ganan o desean ganarse un salario colgando vídeos en la plataforma.

Con esta alianza, que han apodado FairTube, los creadores de contenido que se sirven de la plataforma para llegar al público pretendían presionar al gigante digital. Y lo han conseguido. El 26 de julio mandaron una carta con sus peticiones a Google y fijaron una fecha límite para que la compañía respondiese. Si no lo hacía se amenazaba con llevar a Youtube ante los tribunales acusada de tratar a los youtubers como falsos autónomos y de violar la normativa europea de protección de datos (en enero ya tuvo que pagar una multa de 50 millones de euros por ello).

GOOGLE NEGOCIARÁ

Durante días hubo silencio, pero el 23 de agosto, ocho horas antes de que expirase el tiempo, IG Metall obtuvo respuesta. Los responsables de Google en Alemania aseguraron estar interesados por su trabajo conjunto y llamaron a la nueva organización a reunirse con ellos en su oficina de Berlín para discutir cuestiones fundamentales sobre el futuro del trabajo.

Aunque Google no ha prometido nada, desde la alianza vieron su apertura a negociar como un éxito. Esta invitación no habría sucedido si no fuese por nuestra campaña, celebró Sprave en un post de Facebook, una opinión que comparten desde IG Metall. Esa campaña de presión también permitió a YouTubers Union darse a conocer y ganar casi 10.000 miembros más que exigen unos derechos. En las próximas semanas ambas partes se reunirán. El resultado de la charla es aún incierto.

En Alemania ya saben lo que es vencer a Google en las calles. Ahora quieren hacerlo también en los despachos.