Querida amiga,

¿Te acuerdas de cuando eras pequeña? Siempre te repetían que de mayor serías la que se ocuparía de limpiar y cocinar, que tu lugar de trabajo sería tu casa y poco más. Por aquellos tiempos, lo único que sabías del Ejército era que tu novio debía marchar para hacer la mili (y lo mucho que lo ibas a echar de menos). Quién te iba a decir que algún día llegarías tú a formar parte de las Fuerzas Armadas.

Mírate ahora, trabajando con un equipo de científicos en la base Gabriel de Castilla. Y es que, aunque no lo parezca, la investigación científica militar ha contribuido mucho a la mejora de nuestras vidas, sobre todo a la de las mujeres. Es una pena que tanta gente lo desconozca.

Antes dar a luz era muy doloroso, pero todo cambió cuando el doctor Fidel Pagés aportó la epidural a la cirugía. A través de sus investigaciones durante la I Guerra Mundial, volvió a España con esta anestesia que ahora es tan conocida por todas las madres, ya que, en muchos partos, se usa para reducir el dolor y la ansiedad. Pero lo que muy pocas saben es que se desarrolló con un fin militar.

¿Y qué me dices de las ecografías? Para la mayoría de las mujeres poder ver al bebé por primera vez es uno de los momentos más emocionantes de su embarazo. Lo que nadie podía imaginar es que esta tecnología de ultrasonidos proviene de la II Guerra Mundial y en un principio se desarrolló con la finalidad de localizar submarinos. Pero esta innovación no solo puede tener fines bélicos, se ha trasladado al resto de la sociedad, porque las ecografías han permitido observar imágenes del interior del cuerpo sin dañarlo; por tanto, han abierto un amplio abanico de posibilidades para la investigación médica, desde poder determinar cirugías urgentes hasta controlar el desarrollo del embrión. Y no solo eso, también tiene aplicaciones industriales y se utiliza en las construcciones para detectar fallos. ¡Lo más curioso es que se usa hasta para repeler mosquitos!

En fin, me alegro de que hayas cumplido tus sueños: dedicarte a la investigación y hacerlo en las Fuerzas Armadas. Es admirable que trabajes tan lejos de tus seres queridos, al otro lado del mundo literalmente. Tu trabajo no solo ayuda al Ejército español, sino que mejora, y mejorará, nuestro día a día. En la defensa, es más importante el conocimiento que las armas, por eso vuestras investigaciones no solo se centran en los conflictos que puedan surgir, sino en formas de ayudar a las personas. Quizás el nuevo invento revolucionario sea tuyo, porque han sido las Fuerzas Armadas quienes, muchas veces, han hecho que la «ciencia-ficción» sea una realidad y no solo fruto de nuestra imaginación.

Un abrazo fuerte y cálido, mi querida comandante.