Es curioso esto de las encuestas electorales y el uso que hacen de ellas cada uno de los partidos políticos. Sea cual sea el resultado, todos ven algo positivo en su contenido. Al menos, es lo que dejan entrever de puertas hacia fuera tras el pormenorizado análisis que realizan de los datos. Y la del CIS es un claro ejemplo. Quienes quedan situados por debajo de sus expectativas --PP, PSPV y Ciudadanos--, emiten el mensaje de que es solo una encuesta más y se aferran al 30% de indecisos. Y para los que apunta hacia arriba --la coalición A la Valenciana (Compromís, Podemos, UE)--, no hay sorpresas, porque estaban convencidos, no solo de repetir el sorpasso al PSPV, sino también de la opción de superar al PP, el partido que ha ganado todas las elecciones en Castellón desde 1993. Veinticuatro en total, ahí es nada. Por eso mismo, porque, según el CIS, se puede romper esa racha, la preocupación es mayor en el PP de Javier Moliner. En las filas populares no dan crédito a que el CIS aliente las aspiraciones de A la Valenciana de arrebatarles uno de los dos diputados y convertirse en la primera fuerza en Castellón, en desintonía con Valencia y Alicante, donde el PP sí que mantiene el tipo. Y no se lo explican, porque la diferencia el 20-D fue de casi 24.000 votos, un colchón importante para amortiguar el temido sorpasso. ¿Qué ha pasado? Miguel Barrachina no es un mal candidato, todo lo contrario. Y Castellón es una provincia muy poco conflictiva y la menos golpeada por la corrupción en comparación, por ejemplo, con la Valencia de Rita Barberá y Alfonso Rus que, sin embargo, gana un diputado para el PP de Isabel Bonig.

El PP de Castellón mantuvo ayer su habitual reunión de los lunes, y comienza oficialmente su campaña electoral el jueves --un día antes de lo previsto-- con la visita de Andrea Levy a Benicàssim. Confían los populares en que muchos votantes de Ciudadanos regresen al PP al sentirse traicionados por los de Albert Rivera que, lejos de ser el centro derecha por el que muchos de ellos apostaron en detrimento de Mariano Rajoy, además no dudaron en pactar con el PSOE para hacer presidente a Pedro Sánchez.

Otras lecturas que ofrece el CIS es que el PSPV-PSOE de Ximo Puig y Francesc Colomer queda cada vez más relegado a tercera fuerza, sin conocer todavía cual es su suelo electoral; y que Ciudadanos tocó techo el 20-D y ahora quizá le toca también bajar sus expectativas electorales.

Y a este respecto, otra clave que no hay que perder de vista el 26-J y que no contempla la encuesta del CIS, al no aportar porcentajes de votos, pero que sí se refleja en otros sondeos. Si el PP y A la Valenciana se sitúan por encima del 30% de los votos y Ciudadanos no alcanza la mitad de las papeletas del segundo partido más votado, podría perder el diputado conseguido el 20-D.

Es decir, que en este supuesto podríamos volver al reparto de 1977 con las primeras Generales de la etapa democrática, y aquel 2 (UCD) 2 (PSOE) 1 (INDEP) que nunca más se ha vuelto a repetir. H