Los expertos consideran que el debate a cuatro no será de guante blanco pero tampoco tendrá los niveles de agresividad del cara a cara entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez en diciembre ni del reciente enfrentamiento entre Pablo Iglesias y Albert Rivera, puesto que los partidos son conscientes de que el electorado penaliza la crispación. Auguran que, salvo sorpresas, permitirá visualizar los dos grandes proyectos que se enfrentan el 26-J: PP y Unidos Podemos. Consideran que el candidato socialista es quien parte desde una posición más delicada y que Rajoy podría sacar ventaja del tres contra uno que espera.

MARIANO RAJOY

Los expertos consideran que debe salir desde una posición clásica de defensa de Gobierno, articulada en tres ejes. En primer lugar, presentar su proyecto de país, hablar de futuro, postularse como garante del orden con una actitud presidencial. Además,ningunear a Sánchez y Rivera, evitar responderles para hacerles "desaparecer" del debate. "Rajoy solo debe responder a los ataques de Iglesias", opina el consultor Juan Quesada. Y finalmente, tratar de arrinconar al jefe de los morados, que es su contrincante más peligroso en el enfrentamiento. "Rajoy tiene que hablarle a su gente, olvidarse de que está en un debate, reivindicar la mejora de los datos de empleo y, en definitiva, plantear que la alternativa a él es el caos", resume el consultor Ismael Crespo. La posición no es sencilla puesto que los asesores tienen claro que los tres candidatos de la oposición van a salir a atacar al líder del PP y pueden convertir el debate en una suerte de tres contra uno. Para aprovechar esa inercia, el politólogo Ramón Cotarelo opina que el presidente en funciones debe sostener que existe "una confabulación contra el PP hecha por gente incapaz de entenderse entre sí mismos y que negar el voto al PP es entregárselo a los fanáticos de la suma de siglas". Además, considera que debe desmontar la crítica de que la recuperación es solo para unos pocos y apelar a la unidad de España como imán movilizador.

PEDRO SÁNCHEZ

Los consultores coinciden en que sale desde la posición más complicada puesto que, sondeos en mano, el PSOE caería a tercera fuerza y el voto útil de la izquierda pasaría a Unidos Podemos. No ven recetas mágicas, pero opinan que su única salida es intentar arrinconar a Pablo Iglesias como representante de una izquierda radical y peligrosa, el mensaje del miedo que ya ha enarbolado en los últimos días la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Para los expertos lo peor es que pierda su rol de líder de la oposición. "Debe transmitir que el ‘sorpasso’ no se va a dar, mostrar una actitud cínica contra Iglesias y condescendiente hacia Rivera", afirma Quesada, quien sospecha que Sánchez acudirá sin corbata, para desmarcarse del resto. "Sánchez es sin duda el que lo tiene más complicado", admite Cotarelo. "Su imagen es ya muy débil, si cae a la tercera posición lo va a pasar fatal y lo tiene difícil porque le toca encajonar a Iglesias en el extremo izquierdo y a Rajoy en la derecha radical", coincide Crespo.

PABLO IGLESIAS

Si controla su agresividad como ha hecho desde que arrancó la precampaña es quien más puede ganar en el debate. Él mismo lo admite. Considera que esta prueba es "crucial" y "determinante", de modo que la ha preparado al milímetro. Los expertos opinan que conseguirá imponerse si logra transmitir que Unidos Podemos es una opción de gobierno fiable y la única alternativa real al PP. "Iglesias debe evitar a toda costa una cara amarga y de confrontación, tiene que volver a la sonrisa, huir de un debate agrio como el que hizo con Rivera porque ahuyentaría al voto moderado, que es el que más necesita", subraya Ismael crespo. Quesada añade que al líder morado le interesa polarizar con Rajoy, visualizar la izquierda real y acusar a Sánchez de ser condescendiente con el centro-derecha. Para Cotarelo, Iglesias cuenta además con una bala de oro, arriesgada, pero que bien jugada puede funcionar: es el único líder que garantiza la unidad de España sobre la base al respeto de la plurinacionalidad y el derecho a decidir.

ALBERT RIVERA

Tras Sánchez, es el segundo candidato con un panorama complicado en el debate. Los asesores creen que el líder de Ciudadanos debería haber vuelto al discurso de las elecciones europeas y a ser el freno a la corrupción. "Debería arrinconar a Rajoy, no a Iglesias. Se equivoca cuando pone todo el peso en Venezuela. No hay electorado entre Rivera e Iglesias. Al contrario, lo que debería es presentarse como la derecha civilizada ante aquellos votantes del PP que quieren un contrapeso por los escándalos de corrupción", sostiene Crespo. Para Quesada su situación puede ser incluso más delicada que la de Sánchez. "Se puede quedar en tierra de nadie y esto es lo peor que te puede suceder en un debate", afirma. A su juicio, la única salida airosa podría ser evitar la confrontación y presentar una batería de propuestas por sorpresa. Otra cosa es que las tenga.