Pablo Iglesias se compromete a superar los resentimientos y a tender la mano a Pedro Sánchez tras el 26-J para construir un gobierno de cambio. Sentado en el suelo, en el escenario de un mitin el Almería, el candidato de Unidos Podemos mostró su disposición a soslayar los múltiples ataques que recibe del PSOE y reclamó altura histórica para construir una alianza que permita expulsar a Mariano Rajoy de la Moncloa. “A partir del día 26, mano tendida para que haya un gobierno progresista. Eso está por encima de los rencores y de las palabras de cualquier partido”, planteó Iglesias.

Aferrado al rol conciliador que se ha autoimpuesto en campaña, evitó responder a las críticas de la presidenta de la Junta,Susana Díaz, que ha cargado con dureza contra los morados y sus socios territoriales. A lo más enérgico que llegó fue a pedirle a Sánchez que desvele cuál será su política de alianzas tras las elecciones. Citó la reivindicación de Jordi Sevilla apelando a apoyar a la fuerza que obtenga más apoyos en el Congreso, y solicitó al PSOE que no “busque excusas” para mantener al PP en el Gobierno. “Quien esté dispuesto a apoyar a Rajoy, que tenga las agallas de decírselo a sus votantes en campaña electoral”, planteó, firme, pero sin entrar en el cuerpo a cuerpo.

Las palabras de Iglesias llegaron desde una de los lugares clave en los que Unidos Podemos busca robar voto al PSOE, Andalucía, una tierra hasta ahora inhóspita para los morados. Consideran que el perfil moderado del exJemad,Julio Rodríguez, número uno por Almería (que ostentó el cargo durante el mandato de la socialista Carme Chacón), las “débiles” expectativas que atribuyen al PSOE, y una alianza con IU que les podría abrir las puertas de un electorado resiliente al cambio. Aspiran a conquistar 15 diputados, cinco más de los que obtuvieron el 20-D.

ACELERAR EL CAMBIO CON IU

No lo tienen sencillo. El barómetro preelectoral del CIS limita su crecimiento a tres escaños más que en los anteriores comicios. "El problema en Andalucía es que la gente no te dice que vota al PSOE. Te dice que es del PSOE”. La reflexión la plantea un dirigente de Podemos, consciente de que modificar la identidad partidista es algo mucho más arduo que un mero cambio de voto y que implica un proyecto a largo plazo. Sin embargo, considera que el contexto histórico puede acelerar esa lenta transformación en la sociología electoral, en buena medida gracias a la confluencia con Alberto Garzón.

“IU está en el paisaje político andaluz desde hace décadas, tiene arraigo local, y por lo tanto no asusta a los votantes de mediana edad ni a los mayores, porque están acostumbrados”, plantean en la dirección morada, convencidos de que esa cercanía les permitirá amortiguar los temores que, admiten, suscita Podemos a partir de cierta edad.

Para acabar de persuadir a los votantes mayores que simpatizan por el cambio pero que todavía no están decididos, Podemos pone el acento en la reforma de las pensiones, con la que quieren garantizar a los jubilados una renta digna. Los de Iglesias sostienen que las reformas laborales del PP (2013) y del PSOE (2011) han tenido consecuencias nefastas sobre las pensiones y proponen derogarlas. A cambio, proponen subir los impuestos a las rentas más altas para garantizar la financiación.