-Las encuestas apuntan a una reedición del ‘Botànic’ con el PSPV como ganador, pero según el último CIS, también sumaría para gobernar con Ciudadanos. ¿Su apuesta por ir de la mano de Compromís es inamovible?

--Obviamente, mi apuesta es por reeditar un gobierno progresista que consolide el gran cambio que hemos impulsado desde 2015 en términos de decencia democrática, de recuperación de derechos y también de crecimiento económico. Yo quiero seguir sumando y ser de nuevo el presidente de todos los valencianos y quiero serlo desde Castellón, porque se puede ser presidente de la Generalitat siendo diputado por Castellón. No entiendo por qué Isabel Bonig considera de segunda presentarse por Castellón y lo hace por Valencia. Ella, que es de la Vall d’Uixó y ha sido alcaldesa. Es un menosprecio para los castellonenses.

-Si Pedro Sánchez pactara con Rivera en España, ¿condicionaría lo que ocurra en la Comunitat?

--La Comunitat eligió hace cuatro años su propio modelo. La vía valenciana es un ejemplo para gestionar la diversidad política. Mi única prioridad es el interés de todos los valencianos, los castellonenses. No hay nada que pueda suceder fuera de la Comunitat que altere mi vocación de anteponer por encima de todo las necesidades de nuestra tierra.

-Pese a las buenas expectativas de las encuestas, el escenario es complejo y volátil, con un 40% de indecisos. ¿Cómo convencerá?

--No se trata de ninguna estrategia, sino de apelar a una realidad incuestionable. La Comunitat está mejor ahora que hace cuatro años, así lo dicen todos los indicadores económicos y sociales. Ha sido un logro de toda la sociedad valenciana que ha levantado la hipoteca reputacional y buena parte de las desigualdades que arrastrábamos desde hace años. No es suficiente, seguro, pero estamos en el buen camino.

-¿Qué opina de la irrupción de Vox? ¿Cómo explica su ascenso?

--Es una realidad que ya se daba en Europa y que ha acabado emergiendo en España. La extrema derecha ya está aquí y, al parecer, con fuerza. Es sin duda una mala noticia para la democracia por el peligro que comporta de radicalización de la sociedad. Lo que más me preocupa como ciudadano es comprobar cómo las otras dos derechas democráticas, PP y Ciudadanos, se han abrazado a la extrema derecha. No lo han tardado ni un minuto.

-¿Cómo encaja que acabe la legislatura con los grandes temas de la agencia valenciana pendientes: la financiación, la inversión por criterio de población…?

--No es el escenario que queríamos, evidentemente. Tenemos que buscar una fórmula que definitivamente de estabilidad al modelo autonómico y que garantice la singularidad de los territorios y la igualdad entre los ciudadanos. Y en eso la Comunitat sigue siendo una tierra maltratada. Nos hubiera gustado que se avanzara más, pero al menos hemos logrado introducir en la agenda política nacional el problema valenciano. Nuestra realidad ha dejado de ser invisible y no hay marcha atrás: el próximo gobierno tendrá que hacer frente, sí o sí, a esa justa reivindicación.

<b>-Pedro Sánchez ha prometido en Castellón que habrá una mejor financiación en la próxima legislatura, ¿usted le cree</b>?

--Por supuesto, y no se trata de una fe ciega basada en la militancia que compartimos. Creo que el presidente Sánchez ha dado pruebas para merecer ese voto de confianza. El Gobierno de Pedro Sánchez presentó unos presupuestos que por primera vez contemplaban una inversión de 1.400 millones de euros para la Comunitat. Es lo que estaba en sus manos y lo cumplió. Lamentablemente, la triple alianza de intereses entre PP, Ciudadanos y los independentistas hizo que la Comunitat perdiera esa cuantiosa inversión.

-¿Qué logro de su legislatura como president es el que más le ha satisfecho?

--Creo que hemos avanzado mucho en la recuperación de derechos y en la igualdad de oportunidades. Hemos creado un ecosistema de estabilidad, diálogo y honradez que ha propiciado que empresarios, sindicatos, y toda la sociedad civil hayan podido iniciar una senda de crecimiento que ahora debemos consolidar.

-¿Qué le duele más de lo que se ha quedado en el tintero?

--Básicamente no poder actuar más para reducir las cifras del desempleo y generar trabajo de más calidad y mejor remunerado. El paro sigue siendo nuestra mayor preocupación. Siempre hay aspectos que mejorar. La muerte de una sola mujer más por la violencia machista es la constatación de que algo seguimos haciendo mal en esta sociedad. Es un fracaso de todos. Queremos avanzar en el Estado del Bienestar. Hay que preparar a la Comunidad para el aterrizaje de la nueva economía que ya está aquí. Adecuar la nueva Formación Profesional a las necesidades del mercado y de las empresas, etc. Queda mucho por hacer.

--¿Cuáles son sus proyectos para Castellón que más le ilusionan?

--En la provincia aún son muchos los retos que tenemos por delante. Uno de los principales es seguir luchando de forma activa contra la despoblación. Esa va a ser una de nuestras prioridades. Por otra parte, completaremos la asunción de la gestión pública del aeropuerto de Castellón. El plan Edificant prevé en la provincia, hasta la fecha, una inversión total de 92,6 millones y gracias al cual acabaremos con los barracones en centros como el Regina Violant de Almassora o el Jaume I de Vinaròs. Haremos realidad la reforma del edificio de la antigua Audiencia Provincial en la plaza Borrull de Castelló.

--¿Cuál es su fórmula para abordar la desaceleración económica de la que avisan los sectores y que se deja sentir ya en industrias como la cerámica?

--Quiero que la industria cerámica sea la punta de lanza de transformación del modelo económico. No hay otro camino que el apoyo constante a las empresas para mejorar la competitividad. La clave está en la productividad. Por ello implantamos ayudas a la innovación y al crecimiento empresarial y el refuerzo de las estructuras del conocimiento aplicado a los sectores productivos.