Lejos de retractarse, Cayetana Álvarez de Toledo se reafirmó el miércoles en que no considera que «un silencio necesariamente sea un ‘no’ en las relaciones (sexuales) entre hombres y mujeres». En una entrevista en Catalunya Ràdio, la flamante candidata popular se sacudió las críticas y defendió su polémica intervención en el debate electoral nocturno de RTVE. Sin embargo, quiso puntualizar que cuando puso en duda el principio del «consentimiento positivo» no lo dijo «tanto por la cuestión de la violencia de género o a las violaciones, que es el campo hacia el cual se lo llevaron» las postulantes del PSOE y Unidas Podemos.

Álvarez de Toledo intervino para discutir un punto del programa electoral socialista en el que se aboga por modificar la tipificación de los delitos sexuales en el Código Penal para garantizar «que si una mujer no dice que sí, todo lo demás es no» y hacer que el consentimiento de la víctima sea clave ante el juez. «¿De verdad van a garantizar eso penalmente?. ¿Un silencio es un no? Una duda: ¿De verdad van diciendo ustedes sí, sí, sí hasta el final?», preguntó a la ministra y candidata por Sevilla, María Jesús Montero, que ante tal cuestionamiento respondió: «No es no. No es no, sobre todo, en el consentimiento femenino».

ESCANDALIZADA / Irene Montero (Unidas Podemos) se llevó las manos a la cabeza y en su turno de palabra sostuvo que si después del 28-A gobierna la derecha habrá una regresión de los derechos de las mujeres en materia del aborto y la violencia sexual. «Solo sí es sí», enfatizó, y la popular la interrumpió: «¿Usted me está acusando de justificar la violación? [...] Tenga cuidado con lo que dice», le advirtió, y afirmó que sopesaría llevarla a los tribunales por acusarle de «justificar un delito de violación». Tampoco se quedaron impasibles Gabriel Rufián (ERC) y Aitor Esteban (PNV), y tacharon de «gravísimas» sus palabras.

Los compañeros de filas salieron a dar un espaldarazo a Álvarez de Toledo, y en público centraron su respuesta en valorar que «ganó el debate con holgura». Desde Valencia, el secretario general del partido, Teodoro García Egea, exigió a la ministra socialista que «no hable en nombre de todas las mujeres» e incluso llegó a sentenciar que él se siente «a gusto con la mujeres del PP», pero no con Ada Colau, Manuela Carmena o Irene Montero ni con las que en la manifestación del 8-M llevaban carteles con lemas como «Casado, yo te hubiera abortado».

ALUD DE CRÍTICAS / El líder del PSOE, Pedro Sánchez, no suele referirse en sus mítines a las polémicas del día a día de campaña, pero hizo una excepción por este asunto: «No es no. Siempre es no, frente a lo que diga la derecha, y si no hay un sí es siempre un no», enfatizó desde Palma, informa Juan Ruiz Sierra.

La candidata del PSC, Meritxell Batet, acusó a la postulante del PP de tener una actitud «negacionista» con la violencia de género y zanjó que «no es bueno banalizar la inseguridad que las mujeres sufren».

Los comuns alargaron la crítica por una postura que consideran «vergonzosa e intolerable» y lanzaron la propuesta de crear un Ministerio de Feminismos en la próxima legislatura, en la que proponen también el impulso de una «ley de protección integral de libertad sexual y para la erradicación de las violencias sexuales». Esta nueva norma, explicó el candidato de En Comú Jaume Asens, requeriría una reforma del Código Penal en lo que hace referencia a los delitos sexuales «para poner el acento en el consentimiento y eliminar la actual distinción entre abuso y agresión».

Las primeras espadas de Ciudadanos no se pronunciaron sobre la polémica surgida en el debate de candidatos celebrado el lunes en TVE.

No obstante, el tema volverá a surgir en el debate a cuatro que se celebrará en la cadena pública entre los cabeza de lista de las formaciones políticas.