La Comunitat Valenciana no ha sido una excepción y los votantes apostaron ayer por el vuelco, de manera que el PSPV fue el partido ganador, una situación inédita en el territorio en unas elecciones generales desde el año 1989 --la friolera de 30 años--, mientras que el PPCV de Isabel Bonig se hundió, para mantener apenas la segunda posición como consecuencia, sobre todo, de la irrupción de Vox y una ligera tendencia al alza de Ciudadanos (Cs).

Mientras los socialistas celebraban su buena aportación a su partido en Madrid, con 733.398 votos y 10 escaños, cuatro más que en el 2016, y casi el 28% de los sufragios al Congreso; los populares perdieron casi la mitad de sus asientos valencianos en el Congreso, al pasar de 13 a los actuales siete, al desangrarse en las tres provincias, y sumar apenas 490.639 papeletas azules. En la provincia de Castellón, la tendencia ha sido similar, ya que se invierte la situación previa y el PSOE se lleva dos diputados (92.075 votos); el PP uno (63.672 sufragios); Cs conserva su escaño (50.897), y Podemos logra el restante en solitario (43.466).

El PPCV, ganador de las veinticinco elecciones celebradas en este territorio desde que venció en las generales de 1993, se ve relegado a segunda fuerza, al obtener apenas el 18,60% de los votos.

El ascenso de Ciudadanos, que pasa de cinco a seis representantes, con 473.495 votos, el 17,95% del total que, en todo caso, le permiten situarse como tercera fuerza y acercarse mucho a los resultados populares; más la irrupción de Vox, es lo que dibuja ya nuevo mapa de la fragmentación de la derecha que se lleva parte del tradicional apoyo al PP.

De hecho, el partido de Abascal entra en la representación valenciana en la Cámara baja, con tres parlamentarios y el 12% de los votos, de manera que ocupa la quinta posición en el ránking. La extrema derecha se estrenó con los votos de 316.907 valencianos, cerca del doble de los que obtuvo la coalición Compromís.

De hecho, acudir en solitario le ha pasado factura a esta formación, que hace tres años concurrió con Podemos y EU, que cae y conserva un solo diputado frente a los cuatro de la pasada legislatura, con un apoyo de apenas el 6,45% y 170.155 votos, lo que le lleva casi a su desaparición en el Congreso. El resto de lo que fue A la valenciana, Podemos, en coalición EU logra cinco diputados y el 14,26% de los votos, y hace algo más que salvar los muebles, con 375.324 respaldos, los suficientes para aportar la quinta posición y enviar a Madrid representación por las tres provincias.