El 21 de mayo las Cortes vivirán una circunstancia inédita: su constitución tendrá lugar con el voto de tres diputados presos y un senador en idéntica situación. Eso, después de que el Tribunal Supremo les haya autorizado a abandonar la cárcel esa jornada para tomar posesión de sus escaños, obtenidos el 28-A. Pero todo apunta a que la excursión a las Cámaras será efímera y excepcional, dado que los jueces avisan también de que el artículo 21 del Reglamento del Congreso prevé que la prisión preventiva de parlamentarios implica «la suspensión de sus derechos y deberes». Eso hace probable que no vuelvan a ninguna sesión plenaria más y tengan que decidir si permiten que otros compañeros ocupen su lugar o lo impiden, favoreciendo entonces que la mayoría absoluta quede por debajo de los 176 votos.

Ocurra lo que ocurra a medio plazo, lo previsto es que el próximo martes Jordi Sánchez, Josep Rull y Jordi Turull, de JxCat, y Oriol Junqueras, de ERC abandonen Soto del Real para viajar hasta el Congreso, mientras que el republicano Raül Romeva va al Senado. Llegarán en vehículos camuflados a los garajes de sendas Cámaras antes de las 10 horas, según fuentes parlamentarias. Serán conducidos a las comisarías de estas instituciones, donde se realizará el cambio de custodia de la Guardia Civil, encargada de la seguridad del traslado, a la Policía Nacional, responsable de velar estas sedes.

Junqueras, Sánchez, Rull y Turull serán trasladados al hemiciclo, ya sin esposas (tampoco las llevan en el Alto Tribunal). Allí se les indicará que se sienten juntos «por seguridad», en unos escaños que el resto de electos ocupará a su antojo porque aún no están asignados. Lo mismo sucederá en el Senado, si no hay sorpresas. Estarán vigilados durante las tres o cuatro horas que duren los Plenos en que se elegirán las nuevas Mesas de las Cámaras. Ellos también votarán su composición y jurarán o prometerán como diputados o senadores. Una vez se concluya, tendrán que ser devueltos «sin dilación» a prisión, indica el Supremo, que no accede a dejarlos en libertad provisional al ser la autorización de salida «de carácter excepcional» para «no menoscabar la titularidad del derecho de participación», pero subordinándose en todo caso «a que no interfiera en el desarrollo del proceso penal en el que el diputado o senador viene siendo acusado».

En el mismo auto se rechaza tramitar ahora, como pidieron las defensas tras los comicios, un suplicatorio a las Cortes para que se pronuncien sobre si se puede juzgar o no a los dirigentes’ mencionados. El Supremo prima que están sentados en el banquillo desde el mes de febrero y, pese a eso, se les incluyó en candidaturas electorales. «No forma parte de las garantías propias del estatuto personal del diputado o senador -si su incorporación a las listas y su elección han tenido lugar cuando ya se había iniciado el juicio oral- imponer una valoración retroactiva de la incidencia que ese proceso penal puede tener en la normal actividad de las Cámaras», aduce el tribunal.

DEBATE SUSPENDIDO / La gran mayoría de diputados del Congreso y todos los senadores acuden antes de la sesión de constitución de sus Cámaras a tramitar, en persona, su acta de parlamentario. En el caso de los presos el tema es complejo. Ellos desean poder hacerlo como el resto, a sabiendas de que el tribunal no lo cree necesario. Pero en el Parlamento existe la posibilidad de que los grupos JxCAT y ERC hagan esos trámites en nombre de sus diputados. En el Senado el reglamento exige que se haga presencialmente.

Por otra parte, la Junta Electoral (JEC) impidió ayer la presencia de Oriol Junqueras en el debate previsto en TV3, ya que la hora prevista (22.00) hacía imposible la conexión desde la prisión porque los presos están en sus celdas.