Ciudadanos tiene la llave de la alcaldía en Orpesa, donde PP y PSPV igualan número de concejales. Y todo apunta que va a dejarse querer antes de decidir en qué lado de la balanza se posiciona, si en la del PSPV, con una María Jiménez triunfadora de la noche electoral al posicionarse como la fuerza más votada por primera vez en la historia de Orpesa, con 1.141 votos y cinco concejales; o en la del PP que encabeza Rafael Albert, que logró 38 apoyos menos, 1.104, y se queda con cinco ediles. La formación que lidera Araceli de Moya conserva los dos regidores, mientras que Compromís pierde uno y solo aguanta Eric Traver, por lo que la formación naranja será clave. Y todas las opciones parecen estar abiertas teniendo en cuenta los evidentes desencuentros mantenidos entre PP y Cs a partir de la segunda parte de la legislatura. Hace cuatro años su decisión de no pactar con nadie, ni con el PP de una parte, ni con Compromís, PSOE y Si se puede Oropesa, por otra, permitió a Albert gobernar en minoría. Pero la buena sintonía cambió con la entrada en el equipo de gobierno de la edila de Sí Se Puede, Arantxa Martínez, una decisión criticada por De Moya, que se reflejó en varios desencuentros en plenos.

Por ello, Cs se da «unos días, hasta final de semana», para decidir su postura. «No toca aún hablar, todavía no estamos en esa tesitura, es pronto para decir a quién vamos a apoyar y prefiero guardar silencio», manifestó.

Por su parte, Jiménez también espera sentarse con la representante de la formación naranja. «Nosotros queremos un cambio de verdad, y para ello no marcamos ninguna línea roja a que Cs gestione varias áreas», apuntó.

Por su parte, Albert manifestó que están «digiriendo los resultados». Vox tuvo 180 apoyos, que en otro caso «hubiera sumado más de un edil para el PP». «Primero me reuniré con el partido y después con De Moya».