La legislatura 2019-2023 sube el telón con la estabilidad, bienestar social o la creación de empleo entre los ejes de gestión de los nuevos alcaldes, al igual que los que repiten, quienes podrán afianzar sus políticas desarrolladas hasta el momento. Serán munícipes que trabajarán en 135 ayuntamientos, de norte a sur, del más pequeño, Castell de Cabres, a la capital de la provincia, Castelló, del litoral, al interior montañoso.

«Tenemos la obligación de construir una ciudad mejor donde vivir... y reivindicativa ante cualquier administración». Esta afirmación de la alcaldesa de la capital de la Plana, Amparo Marco, podría ser extrapolable para cualquiera de sus homólogos en el cargo. Pero cada uno con sus problemas y sus inquietudes, con una meta de gestión que es común, perseguir lo mejor para los ciudadanos que presiden.

ESCENARIO // Los resultados de las elecciones del 26 de mayo han dejado un escenario en el que los castellonenses han apostado, en líneas generales, por mantener el bipartidismo en los edificios consistoriales, con un repunte de alcaldías del PSOE, que le supone gobernar para más personas. Según los últimos datos de población del Instituto Nacional de Estadística, los socialistas se responsabilizan de 446.768 habitantes, los populares de 100.778, Compromís de 12.227 y otras formaciones de 17.686.

COLABORACIÓN // La apertura de las instituciones es otra vez una de las ambiciones de los equipos de gobierno. En esta ocasión, destaca que son muchos los máximos representantes que abogan por la colaboración entre grupos políticos. Será fundamental en municipios con ejecutivos en minoría, como Nules, Borriol o Torreblanca, donde sus dirigentes deberán apelar a los acuerdos.

No obstante, otras localidades con mayorías absolutas también abren su gestión a la participación de la oposición. Es el caso de Moncofa o Vila-real, donde el alcalde, José Benlloch, ha logrado integrar en su organigrama al edil de Unides Podem, José Ramón Ventura Chalmeta.

Asimismo, en las investiduras del pasado sábado se apeló en algunos discursos a la apuesta por el patrimonio local, para protegerlo y ponerlo en valor. Fueron considerables las referencias a las rehabilitaciones de los centros educativos, uno de los proyectos estrella de los últimos cuatro años, gracias al programa Edificant de la Generalitat.

Por otro lado, en los pequeños pueblos, el clamor coincidente es la supervivencia. La lucha contra la despoblación es prioritaria y, para ello, resaltan la necesidad de estar «al lado de los vecinos», como afirmó la nueva primera edila de Ares del Maestrat, Ester Querol. Para hacerlo posible, también consideran fundamental la creación de empleo, uno de los ejes de gestión de Marta Barrachina en Vall d’Alba o de Virginia Martí en Cabanes.

CONVIVENCIA // «No hay nada más importante que ser alcalde para alguien que quiere a su pueblo», dijo Andrés Martínez en Peñíscola, quien seguirá una línea de despachos abiertos, con los vecinos como protagonistas del día a día. Asegurar la convivencia también es una meta, así como garantizar las acciones sociales.

Lejos de las obras faraónicas, los consistorios que se ponen en marcha tienen también como leitmotiv las políticas de proximidad. Mensajes que trasladaron alcaldesas, que cada día van a más, como las que se estrenan en Onda, Carmina Ballester, y Segorbe, Mª Carmen Climent. O ya veteranas como Tania Baños, en la Vall, o Xaro Miralles, en Benicarló. Que empiece la función.