Pablo Casado no podrá contar en el Congreso de los Diputados ni con su gurú económico, Daniel Lacalle, ni con la responsable de sus programas electorales, Andrea Levy. Dos personas capitales para él en los últimos meses renunciaron ayer a tramitar su acta de parlamentarios y no colaborarán en la ardua tarea que el PP tiene esta legislatura en la Cámara baja. Solo cuenta en el Congreso con 66 escaños frente a los 137 que ocupaba hasta ahora, y ve cómo Ciudadanos aspira a ser líder de la oposición, con solo nueve parlamentarios menos (57).

El mediático Lacalle, escritor, tertuliano y economista jefe de una firma de inversiones, dijo que da un paso al lado «por generosidad». La vicesecretaria de Programas aseguró que quiere centrarse en Madrid, donde se presenta a la alcaldía el 26 de mayo como número dos de José Luis Martínez Almeida. El resultado es que la renuncia de los dos, que iban en el cuarto y sexto puesto de la lista por Madrid, respectivamente, permite que las dos siguientes personas que se habían quedado sin escaño entren en el Congreso. Se trata de José Ignacio Echániz y Marimar Blanco, que se pueden considerar veteranos en el grupo parlamentario, ya que 30 de los 66 populares elegidos en las urnas nunca han sido diputados. Echániz fue consejero de Sanidad y Asuntos Sociales en los gobiernos regionales de Castilla-La Mancha y Madrid. Blanco fue portavoz de la comisión de Igualdad en la anterior legislatura y es un icono del PP en la lucha contra ETA, además de presidir la Fundación Víctimas del Terrorismo.

AZNARISTAS SIN ESCAÑO / El hundimiento de los conservadores en las generales hizo que solo sacaran siete diputados en esa circunscripción, en la que tres años antes habían logrado 15. Se quedaron fuera, además de los dos citados, otros dos asesores aznaristas que han sido claves para Casado desde que asumió las riendas del PP: su actual jefe de gabinete, Francisco Javier Fernández-Lasquetty, y Carlos Aragonés, exdirector de Gabinete de José María Aznar. Ellos ocuparon el puesto 10 y 11. En el 12, el PP colocó a su torero, Miguel Abellán, que por ahora se ha quedado sin faena en el Congreso.

En un breve comunicado en Facebook, Lacalle apuntó que «después de una meditada consideración» había concluido que lo mejor que puede hacer es ceder su acta para que entren en el Congreso «personas del calibre» de Blanco. «Creo que la mejor manera de servir al proyecto del PP y su labor en el Congreso es ceder mi acta y seguir trabajando y aportando en el área económica, apoyando al comité ejecutivo nacional y la Fundación Concordia y Libertad», dejó escrito. Él habría sido el ministro de Economía de Casado si hubiera podido llegar a la Moncloa de mano de Cs y Vox, que fue la alianza a la que aspiraba el líder de los populares en las generales.

En su trayectoria como gurú económico, Lacalle protagonizó una sonora polémica al asegurar de manera confusa que Casado era partidario de recuperar el sistema que desvincula las prestaciones del IPC.

MADRID, CLAVE / Fuentes de la dirección del PP enmarcan la renuncia de Levy en una escenificación de la importancia que dan al Ayuntamiento de Madrid, ahora en manos de Manuela Carmena. La política catalana quiso dejar claro que su «prioridad» es la capital y que quiere «volcarse» en la candidatura de Almeida, a quien ella apoyó para que fuera designado alcaldable. Levy hizo saber, además, que se siente más cómoda dejando el Congreso antes de saber qué va a ser de su futuro para evitar malas interpretaciones.

En la dirección nacional del PP dan por hecho que lo que ocurra en Madrid, tanto en el consistorio (en manos de la izquierda) como en la comunidad (que ahora gobiernan los populares), y en otras regiones como Castilla y León puede ayudar a salvar el liderazgo de Casado tras las municipales, autonómicas y europeas del día 26.