El candidato de Ciudadanos a la alcaldía de Castelló, Alejandro Marin-Buck, presentó ayer su equipo. Lo hizo un día después de que integrantes de la lista alternativa encabezada por Jesús Merino --que fue el candidato oficial de la dirección regional y nacional-- declarara la guerra judicial y denunciara ante la Fiscalía a la junta local del partido que es la que ha apostado por auparle, con Félix del Pozo y la diputada electa en Madrid y secretaria de Organización, Sandra Julià, al frente, acusándoles de «coacciones» y de «limitar el derecho al sufragio pasivo de los candidatos y el derecho de los ciudadanos a votar libremente». Además, si los críticos con Marin-Buck cumplen con lo anunciado, hoy prevén presentar otra querella contra la lista del alcaldable «por haber aceptado ir en una candidatura que no era la decidida por los órganos oficiales del partido». Además, también prevén impugnarla. Algo que según la Junta Electoral estaría ya fuera de plazo.

Al margen de ello, el candidato, arropado por Julià, se presentó ayer como alcaldable y dio a conocer a su equipo en un acto celebrado en el claustro de la Escuela de Arte Superior y de Diseño de Castelló. Dijo que «el proyecto que lidera es la alternativa del cambio» porque «otros ya tuvieron la oportunidad y han fracasado». «Todos están cansados; unos de gobernar sin entenderse y otros de estar en la oposición con un proyecto caducado».

«Salimos a ganar»

En su discurso, afeó «el oportunismo electoral de Amparo Marco cuando dice que quiere un Plan Estratégico de ciudad con todos cuando el Pacte del Grau se ha cargado la participación ciudadana». Además, reprochó a la popular Begoña Carrasco que «quiera liderar el cambio en Castelló» y les «tienda la mano». «Salimos a ganar, primero votaremos y luego ya hablaremos». De Compromís dijo que «es sectario y quizá demasiado valiente, pues lo que han tocado ha acabado judicializado».