La fragmentación política que se comenzó a dar en Castellón el 2011 con el auge de Compromís y que se consolidó de forma contundente el 2015 con la irrupción de Ciudadanos y las distintas marcas que Podemos y sus confluencias presentó en Castellón se ve ahora en parte corregida por los resultados del 26-M.

El bipartidismo, tal y como se entendió durante los primeros 30 años de democracia en España, no regresa, pero lo que sí evidenció la cita del pasado domingo es que los grandes partidos lideran con firmeza sus respectivos bloques ideológicos porque las alternativas (Compromís y Unides Podem en el caso del PSPV y Ciudadanos por parte del PP) no fueron capaces de disputarles la hegemonía.

No obstante, cada bloque tiene sus pautas de comportamiento electoral. El 2011, la decisión de Zapatero de adelantar las elecciones en plena tormenta económica pasó factura a su partido, que inició un descenso que le llevó, en la provincia, a cosechar dos malos resultados en las municipales de ese mismo año y del 2015. Los 87.000 votos logrados el 2011 incluso superan a los 83.788 de hace cuatro años, cuando se recuperaron muchas alcaldías en Castellón gracias a los acuerdos con un Compromís en claro ascenso y a unos satélites de Podemos que aparecieron en una decena de municipios.

En la cita del pasado domingo, el crecimiento socialista fue de prácticamente 20.000 votos, aunque su hegemonía dentro de la izquierda se explica no solo por ello, sino también por los 7.000 votos perdidos por un Compromís que no pudo mantener su pujanza pese a que el municipalismo es su punto fuerte. A ello hay que añadir el mal comportamiento electoral de Unides Podem, aunque en el caso de los morados esta era la primera vez que se presentaban con una marca unificada en varias localidades, lo que no les valió para lograr diputados provinciales.

EL ESTANCAMIENTO DE CS

En el campo conservador, es una evidencia que el PP ha dejado de ser el rodillo que solía ser. Con respecto al 2011, el domingo se dejó nada menos que 57.000 votos. No obstante, consolidó su posición de fuerza dentro del bloque de centro-derecha por el estancamiento de Ciudadanos, que se quedó con los mismos votos que hace cuatro años. Vox irrumpe con concejales en cinco municipios, pero su resultado no les permite condicionar gobiernos.