Los tiempos cambian, y lo hacen a un ritmo cada vez más rápido. Si hace cuatro años, en los prolegómenos de las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 2015, escaseaban los alcaldes o aspirantes al cargo que entre los 135 municipios de la provincia tuvieran actividad en las redes sociales, los perfiles de Twitter, Facebook e Instagram juegan en esta campaña del 26-M con un papel que para algunas marcas políticas es algo más que un ritual cotidiano e interiorizado, hasta situarse como eje del trabajo de convencer al votante.

Aunque queda recorrido, quien más quien menos, quiere estar presente en el ámbito virtual para pedir el voto a los vecinos, mientras que los partidos, sin excepción, cuidan su participación activa en las pantallas. La razón es evidente. La mayor parte de los ciudadanos se informa a través de las redes, como mínimo, además de utilizando los medios de comunicación que son convencionales.

La política sí interesa

Las elecciones generales y autonómicas del 28 de abril ya demostraron, con sus elevados índices de participación, que la política interesa a los ciudadanos, y el estudio realizado por los expertos en márketing The social media family (la familia de los medios sociales) ratifica esa afirmación.

La extrapolación de los datos nacionales de su estudio revelan que el 18% de los castellonenses, en torno a uno de cada cinco, siguen a alguno de los principales partidos, PSOE, PP, Ciudadanos, Podem y el nuevo fenómeno Vox (faltaría en este territorio Compromís) en redes sociales.

El colectivo implica muchos votos, ya que si en España suponen más de 7 millones, en Castellón la cifra ronda los 105.000 potenciales electores. Con estos números en la mano, las 45 marcas políticas que presentan en la provincia 428 listas, con sus correspondientes candidatos a las 135 alcaldías tienen clara la relevancia de un medio que, además, no exige, a priori, el desembolso económico para ser utilizado, si bien la contratación de expertos que saquen de verdad partido del soporte es algo a lo que aún no se llega en un ámbito como el local y en municipios pequeños.

Sí ocurre en el ámbito nacional con repercusiones en lo municipal, ya que es el medio clave usado por Podem, cuando emergió en el 2015, y por Vox en las citas electorales de este año, el de su entrada en las instituciones.

Da idea del impacto de las redes el hecho de que el presidente de Les Corts, Enric Morera, quien en la sesión de constitución del parlamento que salió del 28-A, hace escasos días, consciente de la importancia que sus señorías dan a la presencia en lo virtual, les apuntara que lo que se exprese en el hemiciclo «no puede competir por ser tendencia en las redes sociales ni por tener la máxima audiencia, como si se tratara esto del plató de un reality show».

En el día después, se conoció que un desliz en Facebook le costaría a la flamante diputada autonómica de Ciudadanos por Castelló y concejala aún en el Ayuntamiento de Castellón, Cristina Gabarda, el pago de 4.380 euros por un delito de injurias contra el presidente del PPCS y su compañero ahora en el hemiciclo valenciano, Miguel Barrachina.

Tuitear o compartir

Bien sea con un post propio, compartiendo contenidos de compañeros de partido, o de la formación en sí, los alcaldables castellonenses se asoman, en general, varias veces cada día a Twitter y Facebook, sobre todo, pero cada vez más, también a Instagram, en estos días establecidos para pedir el voto, actividad que combinan con los actos de proximidad para difundir sus programas.

La alcaldesa de Castelló, la candidata socialista Amparo Marco, ha acumulado con su actividad cerca de 5.800 seguidores; la alcaldable del PP, Begoña Carrasco, acumula por su parte más de 6.500 seguimientos en Facebook; e Ignasi Garcia casi 2.400 amigos en esta última red social.

En Vila-real, al aspirante a reeditar su alcaldía, José Benlloch, le siguen cerca de 5.000 personas, mientras que la alcaldesa de candidata del PSPV de la Vall d’Uixó, Tania Baños, se acerca a los 4.700 amigos a través de Facebook.

Otro ejemplo, en Peñíscola, el alcaldable del PP y aspirante a repetir como presidente de la corporación, Andrés Martínez, que está entre los activos y tiene la cifra redonda de 5.000 amigos en Facebook y cerca de 3.900 seguidores en Twitter, mientras que en Benicàssim, la candidata de Ciudadanos a la alcaldía, Cristina Fernández, cuenta con más de 2.000 amigos en Facebook.