Cada mes, 24 buques parten del puerto de Castellón y se dirigen al puerto marroquí de Casablanca llevando en su interior, especialmente, azulejo. Diariamente, cientos de camiones salen de los municipios de la provincia con baldosas, fritas y esmaltes, clemenules o artículos de perfumería. Y si prácticamente no se utiliza el ferrocarril es porque el corredor mediterráneo sigue siendo el sueño incumplido del empresariado. Pese a esta deficiencia en infraestructuras, Castellón es territorio exportador. Y lo es cada vez más, puesto que el año pasado 3.999 empresas vendieron sus mercancías en el extranjero, una cifra récord que va camino de ser superada el 2019.

La economía de la provincia tuvo que mirar al exterior necesariamente tras la durísima crisis que se inició en 2008. Entonces la cifra de compañías que se lanzaron a la exportación por necesidad creció hasta su estabilización el año 2014 en el entorno de las 3.500 firmas. Así estuvo hasta el 2016, cuando arrancó otro ciclo de crecimiento de las ventas en el exterior que el ejercicio anterior permitió quedarse a tan solo una empresa de la cifra mágica de las 4.000. Esto se produjo, tal y como destacó el Banco de España en uno de sus últimos informes, pese al buen comportamiento de la demanda interna. Así la cerámica, principal sector exportador de la provincia, se benefició del auge de la construcción que se vive en las grandes ciudades españolas.

El dato de las 4.000 compañías exportadoras toma especial relevancia si se tiene en cuenta que, según el Directorio Central de Empresas (Dirce), en Castellón hay dadas de alta 39.586, con lo que un 10% de las mismas vende fuera de las fronteras españolas. Ese porcentaje es más elevado que el de la Comunitat Valenciana (8,5%) y supera con creces al del conjunto de España, donde el número de empresas exportadoras no alcanza el 2%.

Pese a los buenos datos, los expertos no creen que la economía castellonense haya tocado techo en su expansión internacional. La catedrática de Economía Aplicada de la Universitat Jaume I, Mariam Camarero, explicó que cuestiones internas como la baja inflación y la contención de los salarios reales explican ese óptimo comportamiento. Además, si el número de exportadores ha seguido aumentando en los últimos dos años también es porque «una vez se abren mercados esos vínculos se mantienen».

UN MUNDO INCIERTO

Sin embargo, no todo son buenas noticias. Este incremento de las firmas con presencia en el exterior se da en un contexto internacional que podría definirse como adverso o, al menos, no idóneo. Quizá el actor que más incertidumbre haya aportado en los últimos tiempos haya sido el presidente norteamericano, Donald Trump, que ha iniciado una guerra comercial con China e incluso llegó a amenazar con aranceles a 300 productos europeos, entre ellos el azulejo y los cítricos, en respuesta a las ayudas públicas concedidas por las instituciones comunitarias a Airbus.

Paradójicamente, podría ser una decisión del propio Trump la que beneficie al que es el sector exportador por excelencia de Castellón, el azulejo. El dirigente nortamericano acaba de aceptar la petición realizada por los principales fabricantes estadounidenses de baldosas para abrir una investigación antidumping a China que, aún sin estar resuelta, ya ha frenado la importación de cerámica del gigante asiático. Ello beneficia al Tile of Spain, que buscará aprovechar esta oportunidad para seguir creciendo en un país que ya es el segundo destino exterior de las empresas de la provincia y que aspira a ser el primero este año o el siguiente, acabando con un prolongado liderazgo de Francia.

Con todo, el proteccionismo de Trump está creando escuela. El director de Internacionalización de la Cámara de Comercio de Castellón, Joaquín Andrés, advierte de que las políticas contrarias al librecambio «se expanden en el mundo». A ello --o debido precisamente a ello-- hay que añadir que las principales economías del mundo viven un momento de desaceleración de sus crecimientos, lo que siempre dificulta las exportaciones, así como momentos políticos convulsos en países a los que Castellón exporta importantes cantidades, como el brexit o la conformación de un gobierno alejado de la ortodoxia europea en Italia.

Por ello, tanto Camarero como Andrés optan por «continuar en los mercados en los que ya existe presencia y consolidarlos». Esto obliga a centrarse en Europa y Estados Unidos, sin olvidar otros como Arabia Saudí, Marruecos, Israel o Rusia, entre otros.

TENDENCIA DISPAR

En cuanto a los principales sectores exportadores, presentan una tendencia dispar, pues mientras el azulejo mantiene un crecimiento similar al del año pasado (alrededor del 2%), los cítricos sufren una creciente competencia que lleva a una caída de las ventas superior al 10%.