El horizonte está un poco más despejado. La feria Cersaie 2016 terminó el pasado viernes y lo hizo con un balance positivo para la delegación de 164 empresas españolas, 98 de ellas azulejeras, gracias al buen nivel de contactos internacionales que las compañías han podido realizar en cinco intensas jornadas de trabajo. Sin embargo, aún falta por que se clarifiquen algunos de los retos que afronta el sector, como el brexit, en el caso del Reino Unido; las elecciones norteamericanas de noviembre; la caída del precio del Brent o la posibilidad de las terceras elecciones en España.

Sin embargo, el principal hándicap que tiene el sector castellonense ante sí a medio y largo plazo es intentar valorizar la marca Tile of Spain para elevar precios y, con ello, ganar márgenes comerciales que permitan seguir reinvirtiendo y mejorando la competitividad de la industria.

No son pocos los empresarios que apuntan en esta dirección, ante un problema del que Mediterráneo viene informando y cuyas alarmas se encendieron precisamente hace un año. “Nuestro producto, entendido como los azulejos de España, están cada vez más asociados a recubrimientos económicos, muy baratos, en un segmento de mercado que nos está equiparando cada vez más a los turcos, y a competir con ellos, en lugar de con los italianos, que es con quienes deberían compararnos”, indica un directivo de Castellón de la Plana.

Lo mismo opina el consejero delegado de una prestigiosa marca de Vila-real, quien cree que “el sector cerámico español llega tarde a la estrategia de posicionarse en el segmento medio-alto de mercado… hace 20 años que deberían haberse tomado las medidas, porque ahora ya es muy difícil, ya que cada firma está consolidada en su nicho por tantos años de trayectoria”.

Lo mismo opina otra empresa de Castellón de la Plana, que lamenta que la estrategia de precios bajos de compañías que fabrican muchos millones de metros cuadrados a muy bajo coste «revienta» el mercado.

Y es que los cambios accionariales que se han generado en empresas de Castellón, tendiendo a crear grandes grupos con mucho volumen de producción, redunda en la constitución de grupos empresariales con mucha productividad y por tanto, con la disponibilidad de recurrir a una línea de precios a la baja. “Es evidente que la creación del Big 5 en Castellón han descompensado el equilibrio de fuerzas en el clúster, y que están ganando cuota y dinero”, subrayan, aunque a costa de arrastrar al resto “al abismo”. “El resto de las compañías no vamos a quedarnos quietos, y vamos a buscar alternativas”, apuntan. Una mayor colaboración entre las firmas es una de las opciones, una estrategia que ya es real y que “irá a más”.

También el presidente de Ascer, Isidro Zarzoso, opina: “Cersaie da aliento al sector para incrementar el reconocimiento de la marca España”, y admite que “tenemos conocimiento del mercado, estamos en líneas parecidas a las italianas, en unos casos mejores, y en otros iguales; y la percepción del producto nuestro que tienen los clientes es muy buena… todo debería ayudar a levantar un poco el precio». H