El comercio electrónico avanza con paso firme en España y también en la provincia de Castellón, territorio que, no obstante, todavía es uno de los que más recorrido tiene por delante en relación al resto, según el último estudio emitido por BBVA Research, a pesar de que, tal y como se desprende de la extrapolación de los datos del informe, supondría ya en torno a 420 millones de euros.

Los expertos de BBVA estiman que a mediados del 2018, la facturación rozó los 35.000 millones de euros, 7,5 veces más que diez años antes, en el 2008, y actualmente supone cerca del 20% del consumo de los hogares y el 10% del conjunto de la facturación de las empresas.

Además, su tasa de penetración-- aproximada por el porcentaje de población entre 16 y 74 años que realizó al menos una compra por internet en los últimos doce meses-- superó el 53% en 2018 (18,5 millones de personas), 35 puntos porcentuales más que en 2008. Estos datos contrastan con la evolución de la cifra de negocios del comercio minorista tradicional, que se redujo más de un 4% en el mismo periodo. A partir del análisis de más de 4.000 millones de operaciones de compraventa con tarjeta realizadas por una base común de clientes de BBVA (consumidores y empresas) entre el año 2015 y 2018, el informe muestra que el peso del comercio electrónico ha aumentado de forma significativa durante los últimos años hasta rozar el 20% del gasto de los consumidores, y el 10% de la facturación de las empresas a finales del 2018, lo que confirma la existencia de una determinada relación de sustituibilidad entre el canal digital y el presencial.

EMPRESAS EXTRANJERAS

Los datos ponen de manifiesto, siempre según el informe de BBVA Research, que una proporción creciente de la demanda on line de los hogares está siendo satisfecha por empresas que operan en el extranjero.

El volumen de compras por internet a empresas extranjeras por clientes de BBVA ha aumentado un 160% desde el 2015, mientras que a empresas radicadas en España apenas se duplicó. En consecuencia, la participación de las importaciones en el gasto on line de los consumidores rozaba el 60% en el 2018, casi diez puntos más que en el 2015.

El informe también apunta que el incremento de la cuota de mercado de comercio electrónico es más elevado cuanto mayor es el tamaño de la empresa. El peso de las ventas por internet aumentó dos puntos en las empresas que facturaron más de un millón de euros en el 2018, por tan sólo una décima en las de menos de 50.000 euros. «Las empresas de menor tamaño se están quedado rezagadas en el camino de la digitalización», pone de manifiesto el estudio.

En esta debilidad inicial reside también la principal oportunidad de lo que constituye el eje y la mayor parte del tejido económico castellonense, las pyme.

Pese a que la formación en esta materia y el apoyo para la formación en las tecnologías de la red es cada vez mayor desde instituciones como la Diputación Provincial de Castellón o la Cámara de Comercio, el esfuerzo a realizar y el camino por recorrer es aún amplio para que las empresas de menor tamaño se abran un hueco en el mercado on line que les permita ser lo bastante competitivas.