De una cosa no cabe duda, que no hay nadie que pretenda que nuestras comarcas del interior se queden despobladas. Ahora bien, esto pasa, por hacer posibles actividades económicas en nuestro interior, de lo contrario, éste sin empresas ni emprendedurismo que permita que la gente se gane la vida, el desarrollo rural es irrealizable.

Hay una diferencia evidente entre las actividades del litoral y las actividades de las comarcas del interior, con pocos recursos, un importante índice de despoblamiento y un número alarmante de poblaciones con un índice de ruralidad extrema.

GANADERÍA

Si de algo se caracteriza el interior de nuestra provincia es que éstas comarcas tienen una clara dependencia de la ganadería. Es la actividad como la cerámica y la clementina en algunas poblaciones del litoral la que sostiene el tejido empresarial de dichas comarcas. Además no disponemos de alternativas económicas ni viables ni posibles que puedan sustituir su influencia socioeconómica en ellas.

Pero al igual que sucede con el resto de sectores económicos, la innovación y la mejora de producción para resultar competitivos en costes , la ganadería vive momentos de importantes cambios y precisa de inversiones y cambios tecnológicos para que nuestras gentes pervivan en nuestras comarcas.

LOS CRITERIOS

El lector podría imaginar que el siguiente párrafo critico duramente la falta de soporte económico para acometer dichos retos empresariales y en esta ocasión las dificultades no se encuentran en las ayudas económicas o en la financiación necesaria para llevarla a cabo con ciertas garantías, sino en los criterios de la administración de medio ambiente que saltándose la propia normativa medioambiental se saca de la manga y sin previo aviso, nuevas exigencias que no ampara ninguna normativa publicada por ninguna administración y que están provocando un desaliento en toda iniciativa de mejorar el sector y la decisión de muchos de nuestros jóvenes de llevarse sus proyectos de ganadería a Aragón y Castilla-La Mancha, áreas geográficas donde no sólo encuentran más financiación a sus ideas e instalaciones, sino unos plazos y criterios de aprobación en sus memorias medioambientales más razonables para sus proyectos. Un ejemplo: mientras que para Castellón se emplean en el mejor de los casos de 18 a 24 meses en la tramitación de los permisos y licencias, en Aragón y Castilla-La Mancha en apenas 6 meses ya están funcionando sus nuevas empresas.