La feria internacional de cerámica, Cevisama, pudo desarrollarse con normalidad, justo en el momento en el que empezaba a preocupar el coronavirus procedente de China. Las empresas expositoras detectaron un brusco descenso de visitantes asiáticos, aunque ello no fue impedimento para batir su marca. Hubo 21.364 profesionales de 156 países, un 5,86% más. El calendario podría tener variaciones, aunque citas del calado de Coverings, en Estados Unidos, o la feria de construcción rusa Mosbuild anuncian que se mantienen. La gran incógnita será la italiana Cersaie, prevista para septiembre. Queda tiempo, pero se halla en el epicentro del foco en este país.

No es un conflicto bélico ni una nueva tensión comercial entre países rivales. La principal amenaza que sobrevuela sobre la economía mundial tiene como nombre el Covid-19. Un problema de salud que cada día que pasa suma nuevos afectados, y que ha hecho entrar en una fase de pánico a las bolsas de todo el mundo.

Las empresas de Castellón asisten expectantes a la evolución de los acontecimientos, puesto que en un mundo globalizado los contratiempos dejan una huella marcada a miles de kilómetros. De momento, fuentes de sectores productivos consultadas por Mediterráneo señalan que la actividad se mantiene con normalidad, especialmente en las líneas de fabricación, aunque reconocen el temor por lo que pueda pasar de seguir las restricciones al transporte de mercancías y los viajes de negocios y turísticos.

Como referente provincial, la producción de cerámica sigue su curso. Desde la patronal Ascer indican que no sufren restricciones en sus exportaciones, si bien hay empresas que reconocen cambios de planes, especialmente aquellas que tienen una estrecha relación con Italia, el país europeo más afectado por el virus. En algunos casos, los planes están en suspenso, y las líneas estratégicas se deciden a base de videoconferencias.

Un caso parecido ocurre con otro actor económico estrechamente ligado al azulejero. Las fábricas de esmaltes, fritas y colores cerámicos tienen una conexión mutua con China. Las factorías de Castellón emplean materias primas del gigante asiático, para que a su vez los productos sean remitidos a los fabricantes orientales. Desde la asociación nacional Anffecc explican que viven la situación con «prudencia, no hay problemas de aprovisionamiento, pero, si la situación se extiende, sí que podría haberlos».

TEXTIL

La misma sensación se respira en otros ámbitos, como el textil. Hay un enorme volumen de ropa llegada desde zonas afectadas por el coronavirus, por lo que hay proveedores que ya tienen dificultades con sus pedidos. Mario Melul, desde la empresa de tejidos Inmatex, detalla que esta crisis «nos afecta en la compra de materiales para hacer nuestros tejidos, por lo que tenemos el recurso de otros proveedores», si bien en estos casos el cambio puede influir en los costes de producción. Por otro lado, «hemos recibido contactos de grandes empresas de distribución, que se muestran preocupadas y barajan cambiar la procedencia de algunos productos», añade. Por el momento mantienen estocs, lo que les permite cierta normalidad.

En cambio, las agencias de ciaje sí detectan cancelaciones. Diego Tirado, representante en Castellón en la Asociación Valenciana de Agencias de Viajes, menciona que la situación «está parada, y han dejado de venderse viajes a puntos como Italia, que eran muy usuales en periodos como Magdalena o Semana Santa». Además, no hay movimientos para viajar a Asia en verano, «que en los últimos años estaban al alza». En cuanto a los alojamientos hoteleros, desde Ashotur esperan que el descenso de la alarma llegue antes de los periodos claves de la temporada.