Todo reconocimiento al esfuerzo, al trabajo, supone una doble gratificación. Al menos así entienden el premio al Turismo concedido por la Cámara de Comercio de Castellón a les Coves de Sant Josep quienes en los últimos años han asumido la gestión del que está considerado como el segundo destino turístico provincial más importante, por número de visitas.

Tanto la alcaldesa de la ciudad, Tania Baños, como el concejal de Turismo y consejero delegado de Emsevall --empresa pública encargada de la gestión del paraje--, Jorge García, acudieron a la entrega de distinciones y destacaron la apuesta por la innovación y la sostenibilidad que ha caracterizado a la gestión del río subterráneo los últimos años.

Dos objetivos fundamentales --modernizar, pero respetando los valores naturales de este singular enclave--, que tuvieron su concreción más patente en la última y más relevante intervención en el interior de la cavidad: el cambio de toda la iluminación a un sistema de luces led, que por un lado permite un ahorro energético, al tiempo que acaban con un problema de este tipo de cavidades turísticas, el llamado mal verde, que provoca la fotosíntesis en un entorno natural en el que no debería existir vegetación. Y el resultado es visible.

Pero además, en los últimos cuatro años se ha revolucionado el concepto de visita a les Coves. Al itinerario tradicional, que consiste en recorrer la parte navegable en barca y un tramo a pie, que ya de por sí es fascinante, al tratarse del río subterráneo navegable más largo de Europa; ahora se suman otras posibilidades que están siendo un éxito, como es el caso del cicle de conciertos acústicos Singin’in the Cave. Figuras de fama internacional como la más reciente de Juan Perro o de Coque Maya, entre muchos otros, han ofrecido una experiencia única reservado para un grupo de privilegiados.

Y como cualquier cueva supone un atractivo innegable para los amantes del deporte de aventura, en especial la espeleología, el río subterráneo ofrece su programa de espeleokayak, también para grupos reducidos, que permite incluso llegar a sumergirse en algunos puntos de la cueva, ofreciendo un aliciente reservado a unos pocos, como únicas son les Coves de Sant Josep.