Nombres relevantes de la gran empresa española se dieron cita en la última cumbre por el corredor mediterráneo, como los presidentes de Bankia, Ignacio Goirigolzarri, y Mercadona, Juan Roig. Sobre la mesa se puso de manifiesto no solo su reclamación, sino que volvieron a aflorar los estudios que hablan de las ventajas socioeconómicas de esta infraestructura, como son los asuntos medioambientales.

Así, se volvió a poner de manifiesto que el corredor es una apuesta por la movilidad sostenible que promueve Europa, en cuanto que en la actualidad las comunidades que lo agrupan cuentan con las carreteras como principal medio de comunicación con las autovías A-7 y A-48 y la autopista de peaje AP-7 como principales canales de comunicación. Se trata de vias saturadas en numerosos tramos, produciendo efectos ambientales negativos, en materia de emisiones contaminantes y de huella de carbono que con el corredor podrían llegar a recortarse en casi 900.000 toneladas de CO2 anuales.

Los estudios apuntan a que, en total, los efectos positivos para la economía en aspectos como la bajada de la siniestralidad y emisiones podrían ascender a unos 15.000 millones de euros en los próximos cuarenta años.