El precio de la energía se ha convertido en uno de los grandes caballos de batalla de la industria castellonense, muy en especial de la azulejera. De hecho, la última reunión de la Mesa de la Cerámica acabó con el compromiso del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de pedir un encuentro con las nuevas ministras de Industria y Transición Ecológica, Reyes Maroto y Teresa Ribera, para poner fin «en el corto plazo» a la «incertidumbre» creada en torno a las plantas de cogeneración.

Según los datos que manejan la Asociación Española de Cogeneración y la patronal cerámica Ascer, la industria azulejera de la provincia cuenta con 28 de estas plantas que tienen una potencia total instalada de 240 megavatios (mw). El problema es que una modificación legal del 2012 limitó la vida útil de las mismas a 25 años, pero el desarrollo regulatorio posterior, que debía dictaminar qué inversiones había que acometer para alargar su funcionamiento, no se ha hecho. Es por ello que el 22% de las plantas agotan su permiso de actuación en apenas cuatro años, por lo que el sector pide alargarlo al menos hasta el 2030 para, según fuentes del mismo, «no perder más competitividad frente a otros países».

Esta misma fuente asegura que, sin el plus que ofrece esta técnica, el encarecimiento del proceso productivo se situaría «entre un 25% y un 30%», lo que se sumaría al hecho de que ya pagamos el gas más caro que Italia». Así pues, para la industria es clave alcanzar una solución.

Pero los ahorros de la cogeneración no se limitan a las cuentas de las empresas que tienen plantas, sino que se extienden al resto de la sociedad al reducir emisiones, generar electricidad de proximidad y ahorrar energía primaria. Según Acogen, el ahorro total que las 600 plantas instaladas en España (con 4.400 nw instalados) generan «para el sistema energético y para el país» se sitúa entre los 950 y los 1.180 millones de euros, sumando combustible, emisiones de CO2 y transporte y distribución de electricidad. En este sentido, una sencilla regla de tres permite concluir que el ahorro que sale de la industria cerámica es de entre 51,7 y 64,3 millones al año.

RAZONES PARA ALARGAR // Estos datos dan la razón a quienes defienden la necesidad de ampliar la vida útil de las plantas y a la cogeneración como, en palabras del presidente de Acogen, Javier Rodríguez, «una tecnología que mejora el medio ambiente por su eficiencia de hasta el 90% y que fomenta la competitividad y la reindustrialización del país».

El director ejecutivo de Azuliber, Fernando Palomo, afirma que España es un estado con una «importante dependencia energética». Por ello, cree que el Gobierno «debería premiar a quienes con la cogeneración producimos una electricidad extra en nuestro proceso productivo, intensivo en calor, y la ponemos a disposición del sistema».

Otra de las cuestiones que el sector azulejero tiene pendientes a nivel energético es el de la llamada repotenciación de sus fábricas, es decir, lograr que Iberdrola aumente el nivel de tensión al que tienen acceso las factorías, lo que según fuentes de la patronal Ascer repercutiría no solo en una mayor calidad del suministro, sino también en un abaratamiento de la factura eléctrica.

Según las mismas fuentes, más del 90% de las plantas solo acceden a una potencia de 20 kw, «pese a que por el consumo que realizan podrían acceder a potencias superiores, como ocurre en el País Vasco». No obstante, hasta ahora Iberdrola les insta a hacerse cargo de los costes que supondrían estas inversiores, por lo que piden la mediación de la administración.