Vuelven a aparecer los nubarrones en el horizonte económico y, de nuevo, las comparaciones vuelven a imponerse para tratar de explicar la realidad. Si durante lo más duro de la última crisis económica había una obsesión por que España no fuera Grecia (y este país estaba en todos los símiles), ahora todo el discurso se encamina a evitar que el enfriamiento actual se parezca lo mínimo al anterior, con lo que inevitablemente se resucitan las heridas de aquella recesión. Lo cierto es que si en Castellón hay un elemento que permite ser optimista con respecto al momento actual es el cambio de chip de sus empresas, que con la caída brusca de ventas del 2008 se vieron obligadas a mirar al exterior y en la última década no han hecho sino consolidar esta presencia.

Pese al contexto de estancamiento económico que detectan desde hace un año todas las instituciones nacionales e internacionales, el número de compañías castellonenses que exporta con regularidad (lo ha hecho al menos en los últimos cuatro años) crece un 1,1% en lo que va de año y se sitúa en 1.232. Con todo, el hecho de que la venta en el extranjero de combustibles procedentes de la refinería del Grau, una decisión que no obedece tanto a los niveles de producción como a decisiones empresariales de la firma que la gestiona, provoca una caída de las exportaciones hasta agosto del 2,5%. A ello también contribuyen el mal año de sectores como las fritas y los esmaltes o los cítricos.

EL AZULEJO RESISTE

Por contra, el principal sector industrial y exportador de la provincia, el azulejo, resiste gracias a la pujanza de sus tres principales mercados (Francia, Estados Unidos y Reino Unido), que crecen por encima del 8%. En el corto plazo, y a la espera de lo que ocurra con el brexit, en las empresas del clúster cerámico preocupa el enfriamiento económico de Europa, pues pese a que Alemania no ha entrado finalmente en recesión, su crecimiento es apenas del 0,1% y las ventas de baldosas a este país caen un 3,2% hasta agosto, último mes del que hay datos del Icex.

La buena noticia es que en el corto plazo podrían aumentar todavía más las ventas en Estados Unidos debido a la imposición de aranceles al azulejo chino por parte de la Administración Trump. Aunque todavía no existen datos sobre el impacto que esta medida está teniendo en los envíos al otro lado del Atlántico, entre las empresas existe el convencimiento de que el volumen de negocio se incrementará en los próximos meses.

NARANJA Y FRITAS, A LA BAJA

En cambio, a las fritas y esmaltes, un sector auxiliar del azulejo, las cosas no le van tan bien este año y sus ventas foráneas han caído un 10,2%. El principal problema de unas empresas ya muy internacionalizadas es el descenso de las compras desde Italia, su principal destino fuera de las fronteras españolas. Los cítricos lo tienen más difícil, pues tras la imposición de aranceles a unos Estados Unidos donde los envíos ya habían bajado mucho solo queda Europa como mercado potencial. El sueño de llevar grandes cantidades de clementinas a China queda, a día de hoy, aún lejano.