Lo de la gran distribución no tiene nombre o sí que lo tiene: una absoluta falta de sensibilidad hacia nuestros productos y un empeño en lograr incrementar sus beneficios a costa de lo que sea y caiga quien caiga.

Ejemplos los tenemos a centenares, pero para concretar esta semana hemos denunciado el caso de la patata. Todo viene a cuenta de la queja de un productor del Maestrat, que indignado por las ofertas de la gran distribución con patata de Francia, indica que llevan 15 días recolectando el tubérculo nuevo de aquí y a muy bajo precio sin apenas compras en el campo.

Puestos a investigar, en varios supermercados observamos que las quejas de este agricultor están bien fundadas. Los lineales de supermercados están repletos de patata francesa vieja (en la etiqueta pone patata de conservación) que ha estado meses en cámaras cuando aquí ha empezado la campaña de patata nueva, fresca y de mayor calidad.

La gran distribución sigue ofreciendo así patata francesa de peor calidad y almacenada en frío durante varios meses que es la que ofrecen al consumidor, pese a tener aquí un producto fresco, nuevo y de calidad que tiene dificultades para acceder a los mercados. ¿Por qué un supermercado no puede comprar la producción más próxima?

No olvidemos que Francia se encarga de suministrar la demanda de patata en el mercado español durante los meses de invierno a unos precios muy bajos, pero el problema es que luego se alarga y desplaza posteriormente también a nuestra producción temprana hasta agotar las existencias almacenadas procedentes de sus cámaras.Así. el cultivo de patata desciende año tras año, mientras aumenta el volumen de patata importada. Las exportaciones de patata de Francia a España pasaron de 425.000 toneladas en 2013 a 518.000 toneladas en 2016. Por lo que se refiere a nuestra producción, en el año 1982 había en la provincia de Castellón una superficie de cultivo de más de 3.600 hectáreas y ahora sólo poco más de 400.

La Unió aconseja comprobar antes de comprar la procedencia de la patata y en el caso de que sea antigua y de mala calidad insten a los supermercados a sustituirlas por las nuevas de nuestro territorio. También deben mirar la etiqueta pues se presta a confusión, ya que normalmente la empresa envasadora es española, aunque la procedencia del tubérculo sea francesa que lo debe poner.

Lo mismo que hemos denunciado con la patata suele pasar con los cítricos (no hay más que ver nuestras quejas de Sudáfrica), el cordero congelado y así podríamos seguir con una lista interminable. ¿Cuándo será sensible la gran distribución con nuestros productos?