Iberdrola ha incrementado sus inversiones un 31,5%, hasta alcanzar casi 4.000 millones de euros, durante los nueve primeros meses del año. Asimismo, en el mismo periodo, el beneficio neto asciende a 2.417 millones (un 18,4% más), gracias al negocio internacional, que compensa los malos resultados en España.

Fuentes de la compañía indican que el 91% del esfuerzo inversor se destina a proyectos de redes, energías renovables y generación de contratos a largo plazo: el grupo cuenta con casi 7.400 MW de nueva capacidad en construcción, de los que más de 2.700 MW está previsto que entren en operación de aquí a finales de 2018. Del mismo modo, la compañía ha llevado a cabo 2.559 nuevas contrataciones en el periodo, con lo que su plantilla supera las 34.000 personas y ha realizado compras por un importe superior a 6.300 millones a más de 20.000 proveedores.

Cabe destacar que los nueve primeros meses del año han estado caracterizados por el bajo recurso hidroeléctrico en España, con una producción un 57,6% inferior a la de 2016. Este impacto negativo se ha visto compensado, en parte, por la buena evolución del negocio internacional de redes y renovables.

La filial estadounidense de la compañía, Avangrid, cuyo beneficio neto creció un 14%, hasta 494 millones de dólares, y su rentabilidad total al accionista supera el 38%. Neoenergia, la filial brasileña de la que Iberdrola es titular de un 52,45% de su capital, es clave para el crecimiento de los resultados.

Asimismo, la fortaleza estructural del grupo ha propiciado el aumento del 3,7% para la retribución unitaria por acción del sistema denominado Iberdrola Dividendo Flexible.